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Museo suizo acepta la colección de Gurlitt

24 de noviembre de 2014

El Museo de Arte de Berna anunció hoy en Berlín que acepta el controvertido legado del fallecido coleccionista de arte alemán Cornelius Gurlitt, que atesoró cientos de cuadros presuntamente expoliados por los nazis.

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Imagen: Ronny Hartmann/AFP/Getty Images

En una rueda de prensa con la Ministra de Cultura alemana, Monika Grütters, y el ministro de Justicia bávaro, Winfried Bausback, el presidente del consejo de la fundación del Museo de Arte de Berna (Suiza), Christoph Schäublin, precisó que las obras sospechosas de constituir arte robado por los nazis permanecerán en Alemania para su estudio.

Así, la galería prácticamente ha agotado el plazo legal de seis meses para tomar una decisión respecto a la aceptación de las más de 1.300 obras de autores como Matisse, Picasso, Renoir y Monet -algunas cuya existencia incluso se desconocía- que el coleccionista atesoró durante décadas en sus viviendas de Múnich y Salzburgo.

Museo de Arte de Berna.
Museo de Arte de Berna.Imagen: Fabrice Coffrini/AFP/Getty Images

Las autoridades alemanas llegaron a un acuerdo en este sentido con el museo de Berna, heredero por testamento de la fabulosa colección descubierta por casualidad hace un año en posesión del fallecido Cornelius Gurlitt. El gobierno alemán se comprometió a asumir los costos de los reclamos de restitución que pueda recibir el museo de antiguos propietarios de las obras.

Turbio origen de la colección

El coleccionista era hijo de un comerciante de arte al que el dictador Adolf Hitler encargó adquirir obras para un proyectado museo. Al parecer, al mismo tiempo el galerista se hizo con pinturas que los museos alemanes fueron obligados a desechar por ser consideradas "arte degenerado" durante el nazismo.

Sobre centenares de las 1.600 pinturas, dibujos y gráficos pesa además la sospecha de que pertenecieron a judíos obligados a huir de la Europa ocupada por los nazis o asesinados por el régimen.

Una prima de Cornelius Gurlitt, efectuó un reclamo ante la Justicia. Uta Werner, de 86 años, cuestionó la salud mental de Cornelius Gurlitt y, por ende, la decisión de legar los cuadros al museo suizo, apoyándose en un informe que encargó su propia familia a un perito. El dictamen concluyó que el anciano sufría de paranoia.

ER (efe, dpa)