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UE, dividida ante independencia de Kosovo

Christoph Hasselbach/ Cristina Papaleo10 de septiembre de 2012

No todos los países de la UE reconocen a Kosovo, que hoy declara su independencia definitiva, como Estado soberano. Pero la UE exige, ante todo, que se restablezca la normalidad en las relaciones entre Kosovo y Serbia.

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Imagen: picture-alliance/dpa


Cuando Kosovo declaró su independencia, a comienzos de 2008, la medida puso a la Unión Europea ante un dilema: ¿Se debería reconocer a la hasta entonces provincia serbia como Estado independiente? La mayoría de los Estados de la UE lo hizo un tiempo después, entre ellos, Alemania. Con ese paso, el Gobierno alemán quiso “poner fin a la inseguridad e inestabilidad que reinaron durante muchos años, para así poder sentar las bases de un futuro mejor, no solo en Kosovo, sino en todos los Balcanes”: así argumentó la decisión el entonces ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier.

Sin embargo, algunos países de la UE siguen viendo el asunto con otros ojos. Se trata de Grecia, Rumania, Eslovaquia, España y Chipre. “Creemos que todo aquello que concierne a la integridad territorial de un país debe decidirse a través de negociaciones, y no por medio de declaraciones unilaterales de independencia”, subrayó el ex ministro chipriota de Exteriores, Marcos Kyprianou. Su homólogo español, José Manuel García Margallo, dijo, por su parte, el viernes 7 de septiembre, en Chipre, que su país continuará con la negativa debido a su convicción de que las negociaciones a nivel internacional son el único camino para resolver tales asuntos.

La división de la UE debilita a los Balcanes

La diputada austríaca de los Verdes en el Parlamento Europeo Ulrike Lunecek apela “a que los cinco países que no adhieren a la decisión lo hagan, ya que eso unificaría los esfuerzos de la UE”. Si la UE no se hace frente común en esa decisión, tampoco puede esperar que Serbia renuncie a Kosovo como parte de su territorio. La gran mayoría de los serbios, especialmente el ala nacionalista y el presidente de Serbia, Tomislav Nikolic, no están de acuerdo.

La presidenta de Kosovo, Atifete Jahjaga, con Herman Van Rompuy, presidente del Consejo de la UE.
La presidenta de Kosovo, Atifete Jahjaga, con Herman Van Rompuy, presidente del Consejo de la UE.Imagen: dapd

Pero eso no significa que la UE no pueda esperar nada de Serbia en cuanto a la independencia de Kosovo, en especial si Serbia pretende ingresar a la UE, ya que posee, a partir de este año, un estatus de candidato y está a la espera de negociaciones. En concreto, la Unión Europea espera ante todo, tanto del lado de Serbia como del de Kosovo, que los pasos fronterizos se normalicen.

Diálogo y compromiso como “camino europeo”

Kosovo no posee aún el estatus de candidato a ingresar a la UE, y no lo obtendrá hasta que todos los países de la Unión Europea no lo hayan reconocido como país independiente. Pero la Comisión Europea afirma que, en tanto mejore sus relaciones con Serbia y respeta a la minoría serbia -más allá de si es un Estado independiente o no- tiene las puertas abiertas. El presidente del Consejo de la UE, Hermann Van Rompuy, mencionó alguna vez “el camino europeo del diálogo, del compromiso y de la búsqueda de consenso”: una fórmula con la que ambas partes saldrían ganando. Sin embargo, a largo plazo, la cuestión del estatus deberá ser tratada, opina Martin Schulz, presidente del Parlamento Europeo.

Manifestación serbia contra la independencia de Kosovo.
Manifestación serbia contra la independencia de Kosovo.Imagen: picture-alliance/dpa

De hecho, ambas partes han dado algunos pasos de acercamiento mutuos. El primer ministro serbio, Hashim Thaçi, rechazó a principios de julio de 2012 renunciar a la región norte de Kosovo, bajo dominio serbio. “Una división de Kosovo es solo un sueño que nunca se hará realidad. Cualquier cambio en las fronteras de Kosovo sería un gran peligro para toda la región”, dijo Thaçi.

Se necesita aún presencia internacional en Kosovo

“Kosovo todavía es inestable, sobre todo en lo que respecta a la seguridad jurídica y a las relaciones con los serbios en el norte del país y a toda Serbia”, opina Marko Prelec, experto en los Balcanes del International Crisis Group, de Bruselas. Y subraya que tampoco se prevé que algo cambie en cuanto a la negativa de los cinco países de la UE a reconocerlo como Estado independiente. Prelec cree que una retirada de la presencia internacional representaría un mayor peligro para los serbios en Kosovo. “Todavía es un territorio peligroso en el que será necesaria la presencia de de la UE y de la OTAN durante muchos años más”, señala el experto. La Fuerza para Kosovo, KFOR, liderada por la OTAN, permanecerá allí, así como la misión civil EULEX de la Unión Europea, para dar apoyo a la construcción de un Estado de derecho.

Autor: Christoph Hasselbach/ Cristina Papaleo

Editor: Enrique López