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18 meses más de prisión para líder opositora birmana

11 de agosto de 2009

La líder opositora birmana y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi fue condenada en Myanmar a 18 meses más de arresto domiciliario por haber albergado en su casa a un ciudadano estadounidense.

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La Premio Nobel de la Paz debe permanecer 18 meses más en prisión domiciliaria.Imagen: AP

Aung San Suu Kyi, que lucha por los derechos humanos en el país asiático, fue hallada culpable de violar el arresto domiciliario al que lleva 14 años sometida al permitir la visita del estadounidense John Yetaw, que llegó nadando a su vivienda. Con esta sentencia, que indigna a la comunidad internacional, la Junta militar birmana impide a la líder opositora participar en las elecciones previstas para el 2010.

Al darse a conocer al veredicto, la Unión Europea exigió en Bruselas la “"inmediata e incondicional" liberación de Aung San Suu Kyi, de 64 años, anunciando que se “reforzarán las sanciones” que el bloque comunitario impuso a la Junta de Myanmar. Asimismo, indicó que se tomarán medidas complementarias contra los responsables de la condena. La presidencia semestral sueca de la UE aseguró que se ampliarán las medidas restrictivas contra Birma.

La UE condenó la decisión de condenar a la Premio Nobel de la Paz a 18 meses más de detención alegando que la sentencia es “injusticada”, y que no escatimará esfuerzos, junto a los países asiáticos socios, en lograr la liberación sin condiciones de Aun San Suu Kyi.

Para que las elecciones en 2010 se realicen en libertad y gocen de credibilidad y confianza, se debe contar con que Suu Kyi sea puesta en libertad, ya que se esto se considera el primer paso hacia la reconciliación nacional en Birma, sostiene la Unión Europea. El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, afirmó que la prolongación de la condena de Suu Kyi es “injusta e inaceptable desde todo punto de vista”.

Myanmar Aung San Suu Kyi Haus Arrest
Suu Kyi vive en arresto domiciliario hace 14 años.Imagen: AP

Con respecto a la sentencia pronunciada este 11 de agosto por el tribunal de Rangún, el ministro de Exteriores alemán Frank-Walter-Steinmeier dijo en Berlín que “el veredicto es un serio revés para los derechos humanos en Myanmar”. Con la condena terminó un proceso, según Steinmeier, que era "más una farsa que un proceso legal, y que muestra lo poco que valen los derechos fundamentales en ese país del sudoeste asiático”.

Luchadora por la democracia desde 1989

En 2008, Birma permitió que se realizara un plebiscito para cambiar la constitución y poder celebrar elecciones en 2010. La Junta militar, cuya dictadura maneja hace 47 años con mano de hierro el país, busca legitimarse en el poder a través de dichos comicios. Hecho que, con la candidatura de Suu Kyi, no sería posible, ya que su partido, la Liga por la Democracia (NLD), había logrado en 1990 un 60 por ciento de los votos y un 80 por ciento de los escaños en el Parlamento. Fue en ese año, antes de finalizar el escrutinio, que la Junta declaró nula la elección.

Los 14 años de arresto domiciliario no parecen haber hecho mella en la salud de Aun San Suu Kyi, y tampoco parecen haber doblegado su decisión de seguir luchando por que vuelva la democracia a su país, Myanmar, llamado así por la Junta militar desde 1989. Suu Kyi es la hija de Aung San, un héroe nacional birmano que liberó a esa nación del dominio colonial británico, logrando así su independencia.

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Un activista por la democracia manifiesta por la libertad de Suu Kyi.Imagen: picture-alliance/ dpa

Aung San Suu Kyi estudió en Oxford, se casó con un ciudadano británico y tuvo dos hijos. En 1988 volvió a Rangún para cuidar a su madre, que estaba enferma, y en Birma recién comenzaba la revuelta popular contra el régimen militar. La Junta reprimió a los manifestantes, muchos de ellos estudiantes, y hubo muertos. Aung San Suu Kyi se convirtió en líder de la oposición contra los militares, y en 1989 fue condenada por ellos a detención domiciliaria por primera vez.

Con la anulación de las elecciones en las que la Liga para la Democracia de Suu Kyi resultó ganadora, aumentó la represión militar y Aun San Suu Kyi, que ya vivía en arresto domiciliario y continuaba trabajando por la libertad y la democracia, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1991. Myanmar vive desde 1962 bajo un régimen militar que ha llevado a la población a una situación de pobreza extrema. El país, que cuenta con antiguos templos budistas, es considerado uno de los más pobres de Asia.

Si la oposición seguirá debilitándose aún más luego de la condena de Aun San Suu Kyi, es algo que dependerá de si logra estructurarse mejor. Según Jasmin Lorch, experta de la Fundación de Ciencia y Política a Deutsche Welle, “La Junta sólo reprime brutalmente. Los intentos de diálogo entre la oposición y el gobierno nunca han dado frutos. Birma es criticada fuertemente y hasta desprestigiada por la comunidad internacional. Pero quienes detentan allí el poder no quieren ni democracia ni desarrollo económico”, asegura la experta.

Myanmar
Niña birmana frente a un afiche de Aung San Suu Kyi.Imagen: AP

Según Lorch, los países que podrían ejercer presión sobre Myanmar serían China e India, sus socios comerciales más importantes. Pero China se cuida mucho de criticar o inmiscuirse en los asuntos birmanos. En cuanto a si son las Naciones Unidas las que ahora deben tomar cartas en el asunto, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, demandó en una visita a Myanmar poder reunirse con Suu Kyi, pero este derecho le fue denegado por la Junta militar.

Autora: CP/ Gui Hao/dpa, reuters

Editor: José Ospina Valencia