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Birmania niega limpieza étnica contra los rohingya

29 de septiembre de 2017

El secretario general de la ONU calificó la situación como una "pesadilla humanitaria y de derechos humanos".

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Myanmar Kämpfe Flucht Rohingyas nach Bangladesch
Cientos de miles de rohingya huyeron de Birmania rumbo a BangladeshImagen: Reuters/M. P. Hossain

El consejero nacional de Seguridad de Myanmar, U Thaung Tun, negó ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que se esté perpetrando una limpieza étnica o genocidio contra la minoría rohingya. El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó la situación como una "pesadilla humanitaria y de derechos humanos".

Según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), unos 501.800 rohingya cruzaron a la región de Cox's Bazar, al sudeste de Bangladesh, huyendo de la violencia en el estado birmano de Rajine. Según Guterres, se estima que el 94% de los desplazados son miembros de la minoría musulmana rohinyá.

Unos 217.000 rohingya recién llegados viven en campamentos en construcción, mientras que unos 192.000 lo hacen en campamentos improvisados, agregó la OIM. Además, los residentes locales albergan a otros 92.000.

La minoría musulmana rohingya es apátrida desde que la entonces Birmania, de mayoría budista, le retirara la nacionalidad en 1982 y siguiera una política de negársela desde entonces.

El Gobierno de Myanmar acusa al Ejército de Salvación Arakan Rohingya
(ARSA) de provocar disturbios en Rajine desde agosto, cuando fueron atacadas decenas de puestos policiales, y sus fuerzas de seguridad están supuestamente actuando en respuesta a esos ataques.
Consejo de Seguridad

La crisis en Birmania ha vuelto a fracturar al Consejo de Seguridad de la ONU, donde las potencias occidentales denunciaron  una "limpieza étnica" de la minoría rohinyá, mientras que China y Rusia respaldaron al Gobierno.

Tras haber abordado la cuestión varias veces a puerta cerrada, el Consejo celebró este jueves (29.09.2017) su primera sesión pública sobre el conflicto y, como en tantos otros casos, evidenció su división.

El embajador de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, llamó a los países a detener la venta de armas a los militares birmanos en tanto continúe la violencia en Rajine y en cuanto no se tomen medidas contra quienes están acusados de abusos.

Estados Unidos acusó a las autoridades birmanas de llevar a cabo una "brutal campaña" de limpieza étnica contra los rohinyás y pidió una respuesta internacional.

El Reino Unido, por su parte, insistió en que el Ejército birmano tiene la principal responsabilidad en la crisis, mientras que Francia habló también de "limpieza étnica".

En contraste con esas posturas, los otros dos miembros permanentes del Consejo de Seguridad -China y Rusia- se alinearon con el Gobierno birmano y defendieron sus esfuerzos para estabilizar la situación.

China, que mantiene buenas relaciones con su vecino, subrayó que confía en el trabajo de las autoridades para solucionar la crisis y pidió "paciencia" y "apoyo".

Mientras, el embajador ruso, Vasili Nebenzia, pidió "objetividad" y aseguró que algunos episodios violentos de los que se acusa al Gobierno son cometidos por "terroristas" y no por las autoridades.

DG (efe, dpa)

La desperada situación de los rohinyá