1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Víctima de la Stasi: de la cárcel al atelier

21 de septiembre de 2010

El artista berlinés Harry Santos guía visitantes por la antigua cárcel de la Seguridad del Estado de Alemania oriental, en Berlín Hohenschönhausen, donde estuvo detenido en 1983. Ahora su hijo ha rodado un documental.

https://p.dw.com/p/PI9a
Hohenschönhausen, Berlín, una celda de la prisión preventiva.Imagen: DW

La antigua prisión preventiva de la Seguridad del Estado (Stasi) de la RDA es un complejo de edificios con altos muros, puertas de acero y ventanas enrejadas. La construcción, en el barrio de Hohenschönhausen, es hoy un centro memorial. Harry Santos guía a un grupo de visitantes por las instalaciones, que conoció por dentro en 1983, cuando entró aquí como detenido, por un corto tiempo que recuerda muy bien: la celda personal, el miedo, los interrogatorios.

“Pensé en la muerte”, cuenta a los visitantes mientras les muestra las celdas en las que se encerraba a quienes entraban en la prisión preventiva. Dentro había un camastro de madera, con un fino colchón de espuma, una pequeña mesa con una silla, un servicio sanitario y un lavamanos.

Stasi-Untersuchungsgefängnis Hohenschönhausen Flash-Galerie
Antigua prisión preventiva de la Stasi en Hohenschönhausen.Imagen: DW

Terminada la guerra, todavía bajo la ocupación soviética e inmediatamente después, se encerraba a los prisioneros aquí, en el sótano, en celdas completamente oscuras y frías. En aquel entonces también se les golpeaba y torturaba, explica. Pero “en mis tiempos no era ya así”, aclara Santos. No obstante, atemorizaba. Los detenidos no sabían dónde estaban ni lo que les esperaba. Se les interrogaba durante horas o días, no había abogados.

Harry Santos bei einer Führung im Stasi-Gefängnis Hohenschönhausen
Artista berlinés Harry Santos en Hohenschönhausen.Imagen: DW

Por querer salir del país

Santos cuenta su historia a los visitantes que lo siguen a través de los edificios y patios de la antigua cárcel. Todo empezó porque quiso dejar la RDA e irse a Alemania occidental. Su novia ya estaba allí. Él quería reunirse con ella, así que presentó varias solicitudes de salida. Luego de varias negativas, planeó la fuga con un amigo. Pero ambos jóvenes fueron denunciados y terminaron en la cárcel.

Santos fue condenado a dos años de cautiverio, pero el Gobierno de Alemania Federal negoció su salida, así que no tuvo que cumplirlos. El 4 de agosto de 1983 dejó la RDA y se mudó a Berlín occidental. Al principio no le fue fácil adaptarse. Con su postura crítica en relación con la Alemania socialista no encontró gran comprensión entre los militantes de izquierda, que sentían cierta simpatía por el autodenominado Estado de obreros y campesinos.

Cuando el muro cayó, seis años después de su salida, Santos no pudo sentir una alegría verdadera. “Yo había tenido que luchar por mi libertad, los demás la obtenían sin más”, así describe Santos sus sentimientos encontrados de entonces. Pero pronto la alegría por el triunfo pudo más que la desazón: “nosotros teníamos razón”, dice hoy, “siempre habíamos dicho que no se podía vivir sin libertad. Y ganamos”.

Un atelier en Berlín

Harry Santos Künstler
Santos en su atelier.Imagen: DW

Santos trabaja hoy como artista libre en Berlín. Tiene un pequeño atelier en el centro de la ciudad donde concibe sus pinturas y objetos artísticos. Dos veces a la semana guía visitantes en la antigua cárcel de Hohenschönhausen. Aunque su vida no está signada por el recuerdo, asegura. Cuando regresa con el tranvía, del memorial a su casa, ocupa su cabeza con otros pensamientos: con su arte, que describe como apolítico, y con la vida cotidiana.

Sin embargo, tampoco es que el tema no ocupe sus días. Junto con su hijo Paul ha filmado ahora un documental en Hohenschönhausen. Tres antiguos detenidos cuentan sus historias. Entre los relatos, aparecen escenas del propio Santos interpretando el pasado de los prisioneros.

La edición del material, grabado en tres días, les tomó dos semanas. El resultado es un intenso documental de media hora, que padre e hijo esperan poder presentar en televisión. El hijo de Santos, Paul, es un alto joven de mirada amplia, con la misma edad que la Alemania reunificada. Sólo conoce la RDA y la Stasi por las historias de su padre. Libertad es para él algo así como un sobreentendido. El año próximo quiere postularse para la escuela de cine de Postdam, al lado este del muro que otrora dividiera Berlín, su ciudad natal.

Autor: Bettina Marx (rml)

Editor: José Ospina-Valencia