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Ruanda quiere pasar de ser un país en vías de desarrollo a estar considerado como país emergente antes de 2020. Su presidente, Paul Kagame, está convencido de que la sanidad y la educación juegan un papel básico para lograr esta meta. "Cuando la gente está bien, puede reconstruir el país. Solo entonces será posible lograr una reconciliación duradera entre hutus y tutsis tras el genocidio.” El número de casos de enfermedades crónicas ha disminuido en el país. Enfermos de malaria, tuberculosis y diarrea reciben tratamiento, al igual que los infectados con VIH.