Un hotel para princesas
5 de octubre de 2007No es una historia nueva y se repite en todo el mundo y en todas las clases sociales: el de la esposa enviudada que después de la muerte del consorte se encuentra con que las arcas familiares están vacías.
Este es también el estado de la economía familiar con que se confronta en 1990 la princesa Gloria von Thurn und Taxis. La muerte de su consorte, el Príncipe Johannes von Thurn und Taxis deja al descubierto el ruinoso estado económico de la dinastía.
Todos los presagios son funestos para la entonces joven princesa más conocida por sus extravagancias y sus aparatosos peinados.
Pero para sorpresa de muchos, la “enfant terrible” de la nobleza europea posee una veta empresarial inesperada. Una vez enterrado al difunto pone manos a la obra. Pone en venta las joyas familiares el primer paso de una exitosa carrera de mujer de negocios.
Convento, palacio y hotel
La más reciente empresa de la Princesa es convertir el palacio familiar en un hotel de lujo. El Palacio de Thurn und Taxis en Ratisbona, que anteriormente había sido un convento, tiene más de 500 habitaciones y es más amplio todavía que el Palacio de Buckingham de Londres.
Un portavoz de la empresa encargada de gestionar los negocios de palacio informó que se están ultimando las negociaciones con una gran cadena hotelera para transformar parte del castillo en un hotel de cinco estrellas.
En un principio está previsto que el hotel, que contará con unas 110 habitaciones, un restaurante de unos 500 metros cuadrados, y un amplio espacio de spa, debería quedar listo para 2010.