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UE: no al biocombustible de alimentos

17 de octubre de 2012

La UE quiere que el biocombustible provenga menos de plantas alimenticias y más de desechos. Todo indica que tal como se produce ahora, el biocombustible hace aumentar los precios de los alimentos. ¿No era previsible?

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Imagen: dapd

La Unión Europea (UE) se fijó en 2009 el objetivo de llevar a un diez por ciento la participación de las energías renovables en el sector de transporte. Con dos fines: reducir la dependencia de los caros combustibles fósiles y disminuir la emisión de gases de efecto invernadero.

Las razones siguen siendo válidas, dice la UE, pero en el futuro serán más fomentados los combustibles provenientes de desechos y no de plantas útiles. Con ello la Comisión de la UE reacciona a las crecientes críticas de que se cultivan plantas para la producción de combustibles que hacen competencia a la producción de alimentos. En los pasados años, los precios de los alimentos aumentaron drásticamente. Ello se atribuye en parte a la producción de biocombustible.

Es más, en algunos países en desarrollo y emergentes son talados bosques a efectos de obtener nuevas superficies para la producción de alimentos, debido a que los terrenos agrícolas existentes están destinados al cultivo de plantas para la producción de biocombustible. Algunos países se han especializado incluso en el cultivo de plantas energéticas para Europa y América del Norte, ganando con ello considerable dinero.

Biosprit Günther Oettinger Connie Hedegaard Brüssel
Günther Oettinger (dcha.) y Connie Hedegaard: mañana sabremos más.lImagen: John Thys/AFP/Getty Images

La lucha por los recursos

El comisario de Energía, Günther Oettinger, y la comisaria de Protección del Clima, Connie Hedegaard, dicen que la producción actual de biocombustible no es sostenible. “Por ello proponemos que la participación de las plantas alimenticias –por ejemplo trigo, colza y maíz-en la producción de biocombustibles se congele en el actual cinco por ciento”, dice Oettinger.

La Comisión define los actuales biocombustibles como de primera generación. Los de segunda y tercera generación son los producidos con desechos, paja o algas, cuya participación deberá aumentar en el futuro, según la propuesta.

La Comisión no puede satisfacer a todos

Ambos comisarios resaltan que no es la intención acabar con puestos de trabajo e inversiones en los combustibles de primera generación. Ninguna empresa deberá cerrar. No obstante, las subvenciones en ese sector se reducirán solo paulatinamente, de tal forma que los inversionistas tendrán suficiente tiempo para reorientarse.

Oettinger agrega que no es posible satisfacer a todos. ­­­­­­Quienes cultivan plantas para la producción de biocombustibles quieren que se conserve el actual sistema de subvenciones. Las organizaciones de protección ambiental exigen que se suspendan de inmediato.

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Plantaciones de palma aceitera: En los pasados años, los precios de los alimentos aumentaron drásticamente. Ello se atribuye en parte a la producción de biocombustible.Imagen: CC/a_rabin

La Comisión aplica un triple principio: proporciona seguridad a los inversionistas, ofrece nuevos incentivos económicos y da tiempo para que se lleven a cabo las necesarias transformaciones.

Mañana sabremos más

Los periodistas les preguntaron a Oettinger y Hedegaard si todo eso no era previsible. Ambos comisarios rechazan que se hayan cometido errores. Ya desde el principio se consideró que iban a ser necesarias correcciones, subrayaron.

Y Oettinger agregó: “Estoy seguir de que dentro de tres años habrá aquí otros comisarios que sabrán más que nosotros. Implementamos la propuesta de la Comisión lo mejor posible, de acuerdo con los conocimientos que poseemos hoy.”

Todos los implicados pueden prepararse entonces ya para los cambios, aunque para que la propuesta se transforme en ley debe ser aprobada ahora por los Estados miembros y el Parlamento Europeo.

Autor: Christoph Hasselbach / PK
Editor: Enrique López