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UE-América Latina: ¿hacia dónde va la asociación entre actores globales?

30 de septiembre de 2009

Biocombustibles, acuerdos de libre comercio, cooperación científica, migración: la comisaria europea de Relaciones Exteriores presentó en Bruselas un balance de diez años de relación con América Latina.

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UE-América Latina.Imagen: cc-OpenStreetMap-sa-2.0 / DW-Montage

Al cumplirse diez años de que en Rio de Janeiro, los jefes de Estado y de Gobierno optaran por una “asociación estratégica” con la Unión Europea, la comisaria europea para Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner presentó en Bruselas nuevos planes de la Comisión para impulsar estas relaciones.

El informe “Global Players & Partners” pretende enfocar los puntos importantes de esta relación –o más bien relaciones- con miras a un futuro próximo. Pero sobre todo, con miras a la cumbre entre la UE y América Latina y el Caribe, que tendrá lugar en mayo de 2010, bajo la presidencia europea de España. En el año de la celebración de los bicentenarios de la independencia, la vista se vuelve con un poco más de ahínco hacia el Nuevo Continente.

“Nuestras relaciones han evolucionado y avanzado; ahora somos más ambiciosos y el mundo ha cambiado. Tenemos la crisis económica y el cambio climático, problemas de seguridad. Son preocupaciones y desafíos globales. Queremos transformarlo en oportunidades globales”, afirmó Ferrero-Waldner.

Fundación para América Latina y el Caribe

La creación, en un año aproximadamente, de una Fundación Europea para Latinoamérica y el Caribe es uno de mecanismos con los que la Comisión promete tensar el hilo que une a los dos continentes: se trataría de una instancia de seguimiento de las relaciones y de comunicación entre cumbres.

Esta fundación cuidaría también de la necesaria “nueva visión orientada a la acción”, asevera Ferrero-Waldner haciéndose eco de la usual crítica a los resultados de estos encuentros a gran escala. “No se ha explotado plenamente el potencial político de las Cumbres”, dice la comisaria abogando porque en ellas –y en concreto en la de Madrid- se traten menos iniciativas, pero con más resultados.

Migración: “un asunto muy sensible”

Entre los logros de estos diez años de relación –aparte de los acuerdos de asociación bilaterales con Brasil, México y Chile-, la titular europea de Exteriores cuenta la creación de EuroLat: una instancia de diálogo entre los parlamentos de los países latinoamericanos y el europeo que surgió a raíz de la Cumbre de Viena en 2006.

En ese contexto, y antes de la Cumbre de Lima de 2009, varios países latinoamericanos hicieron expresa su crítica a la “directiva europea de migración” que promulgaba, entre otras cosas, la necesidad del retorno voluntario de los inmigrantes. “La directiva de la vergüenza”, fue llamada. Entretanto, desde junio de 2009, existe una plataforma para el diálogo, en el cual se trata de exponer los intereses y los puntos de vista de ambas regiones. “No se puede esperar resultados rápidamente”, respondió la comisaria a Deutsche Welle subrayando que éste será “uno de los puntos más complicados con miras a la cumbre de Madrid”.

MIAL

Un Mecanismo de Inversión en América Latina al que fluirían no sólo los fondos europeos, sino los de la empresa privada, en concordancia con el Banco Interamericano de Desarrollo y la Corporación Andina de Fomento es otra de las propuestas del ejecutivo europeo.

La buena experiencia obtenida con un fondo similar destinado a los países vecinos de la UE podría servir de base. “Somos los mayores donantes de América Latina y el Caribe”, afirma Ferrero Waldner y puntualiza que son 500 millones de euros los que la UE aporta anualmente a proyectos de desarrollo.

Aparte de “decisiones y proyectos hechos a la medida” de los países más pobres, según la comisaria la UE quiere fortalecer la relación con los países más desarrollados en cuanto a “investigación, ciencia y tecnología, eficiencia energética y energías renovables”. Claro está que el tema de los biocombustibles marca la relación del club europeo con el gigante latinoamericano Brasil. Que éste sea parte de Mercosur hace que la relación no rebase el nivel de “partenariado”. “Avanzar en la Ronda de Doha era la condición uno para avanzar a su vez en la negociación entre la UE y Mercosur”, explica la comisaria resaltando el interés mutuo en los biocombustibles, con acuerdo de cooperación o sin él. “Se trata de energías renovables y por ello el tema se adecua bien a nuestro marco de acción”.

“Incentivar la integración regional ha sido una de nuestros mayores objetivos. Y seguirá siendo así; la meta es lograr acuerdos regionales con América Central, con los países andinos y esperamos avanzar con el acuerdo de asociación con Mercosur”, afirma la comisaria, en cuya opinión “no se puede hablar de un fracaso de la política de integración regional” que ha seguido la UE la última década en su afán por recrear el modelo europeo. “Sí hay un retraso enorme”, acepta dejando el balón en el campo de los países latinoamericanos. “Hemos aportado lo máximo de nuestra parte, pero son ellos quienes tienen que hacerlo”, dice la comisaria quien resalta la flexibilidad de la UE en este asunto: “Cuando en la Comunidad Andina no hubo cohesión, seguimos negociando sobre las bases planteadas en 2003, pero al mismo tiempo comenzamos a hacer bilateralmente acuerdos de libre comercio”.

“Apoyamos toda iniciativa de integración regional”, reitera esta política -quien desde 2004 acompaña las relaciones entre las dos continentes. Y puntualiza: “si son organizaciones que más bien dividen a América Latina podríamos tener una opinión más crítica al respecto. En principio estamos a favor de instituciones que unan a las regiones, por eso nos ha llevado tanto tiempo avanzar en nuestras negociaciones con América Central, con la Comunidad Andina y con Mercosur. Pero, ¿con respecto a Alba? También estamos abiertos”.

Autor: Mirra Banchón

Editora: Claudia Herrera Pahl