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Turquía: El ‘candidato eterno’

27 de noviembre de 2002

El Gobierno turco emprendió una nueva ofensiva para lograr integrarse a la Unión Europa. Alemania juega un papel decisivo en los planes del ‘candidato eterno’.

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El presidente de Turquía Ahmet Necdet Sezer y Gerhard Schröder en Berlín.Imagen: AP

Tras su encuentro en Berlín con el presidente de Turquía, Ahmet Necdet Sezer, el canciller alemán, Gerhard Schroeder, prometió a Turquía apoyo en su deseo de integrarse a la Unión Europea (UE) pero no ofreció perspectivas que vayan más allá de una fecha para el inicio de las negociaciones.

La postura alemana es comprensible tomando en cuenta el fuerte escepticismo que existe en este país ante los deseos de Turquía a integrarse a la Unión Europea lo antes posible. Encuestas muestran que gran parte de los alemanes se oponen a un ingreso turco a la UE.

Muchas dudas

En los medios de comunicación alemanes las aspiraciones de Ankara se enfrentan a un muro de dudas. La oposición conservadora alemana no oculta su rechazo y declara que "la UE ampliada no podría asimilar a un país como Turquía sin renunciar a su identidad".

Uno de los hechos que más define la ‘relación especial’ entre Alemania y Turquía constituye a la vez el mayor obstáculo para el apoyo incondicional por parte de Berlín a una adhesión de los turcos a la UE. Desde los años 60, cuando Alemania buscó mano de obra en toda Europa, el número de inmigrantes turcos en suelo alemán alcanzó los 2,5 millones. En tiempos de alto desempleo, Berlín teme una nueva oleada de inmigración desde Turquía.

Una fecha para anunciar la fecha...

Schröder trata de ganar tiempo y declaró hoy en la capital alemana: "No se trata de concertar una fecha para el ingreso sino para el comienzo de las negociaciones". El canciller prometió que del Consejo Europeo de Copenhague, el próximo 12 de diciembre, saldrá una señal más clara que la lograda en la cumbre de Bruselas, en octubre pasado, cuando los Quince se limitaron a alabar los progresos realizados por Turquía en su proceso de reformas.

El canciller alemán dejó claro que "Alemania tiene un interés propio en conceder a Turquía una perspectiva de adhesión" y añadió que "nadie en Alemania o Europa puede respaldar a aquellas fuerzas en Turquía que quieren dar la espalda a la secularización y al acercamiento a Europa."

Es de suponer que la señal "clara y firme" de la UE a Ankara resultará en que en Copenhague se proponga "una fecha para la fecha", es decir se fije un plazo para dar a conocer cuando comenzarían las negociaciones de inclusión. Un sapo que Turquía tendrá que tragar.