El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, advierte que actuará con contundencia, y alega que el parque Gezi en Estambul no es propiedad de lo que él denomina, “fuerzas de ocupación”. Los manifestantes de la Plaza Taksim dudan de las promesas de Erdogan, y las consideran simple estrategia para aplacar a los ciudadanos enfurecidos.