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"Todo el mundo está un poco paranoico"

Kate Bowen (traducción MT/ LBM)5 de septiembre de 2006

¿Qué ha cambiado en la vida de Manhattan desde el 11 de septiembre? DW-WORLD quiso saber de sus habitantes y sus negociantes cómo vivieron aquel fatídico día, y si hoy se sienten seguros en las calles de la ciudad.

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Con el 11-S acabó la bonanza de muchos comercios.

David, dueño de una zapatería en Brodway

“Delante de mi tienda se formó una cola de personas que querían usar mi teléfono porque los móviles no funcionaban. Fue horrible. Vi el fuego. Vi trozos de cuerpos”, cuenta David. Después de cinco años, aún le resulta difícil revivir aquellos recuerdos. “Ese día sólo corrí. Ni siquiera me dio tiempo a cerrar el negocio”, dice.

Jahrestag 11. September 2001
La destrucción dejó un espectáculo inolvidable.Imagen: AP

Después del 11 de septiembre acudieron a su tienda clientes de todas partes, aunque no tuvieran ningún zapato que reparar. “Venían a apoyarme, a darme trabajo. Sólo tenía para pagar el alquiler. Nada más”, recuerda David. Los atentados han dañado el comercio. Antes había en la zona muchas tiendas. Ahora lo que más hay son casas, porque la mayor parte de los negocios se han trasladado a otros barrios. “Mientras tanto, las cajas han mejorado un poco”, se alegra David.

A la pregunta de si se siente seguro, David contesta que aún siente angustia, sobre todo cuando viaja en metro. “Nunca se sabe lo que puede pasar. Siempre que el metro se va acercando a Manhattan, uno se pone a pensar. Pero la vida sigue”.

Gary, psicoterapeuta en Brodway

A Gary no le resulta sencillo resumir los cambios que desde el 11 de septiembre se han producido. Es psicoterapeuta y trabaja con personas que todavía hoy sufren las consecuencias de lo vivido y tratan de superar los recuerdos. “Algunos han mejorado. Otros, no han evolucionado nada”, comenta, “sobre todo en los aniversarios y en las fechas conmemorativas regresan las vivencias”. Cuando le preguntamos por las transformaciones, nos recomienda visitar la Zona Cero: “Cualquiera que se acerca a los alrededores del World Trade Center distingue inmediatamente los cambios”.

11 September Jahrestag in New York
Recordar lo sucedido sigue siendo duro.Imagen: AP

“La mayoría de las personas que cuyos hogares están por debajo de la calle 14 han vivido el 11 de septiembre”, dice Gary. Por ello son muy sensibles a los comentarios ligeros sobre los atentados. “Esa ciénaga de humo y escombros ha dejado en ellos una huella que aún pervive”.

Gary no siente miedo, pero cree ser más sensible. “Uno presta más atención a las cosas que le parecen fuera de lo normal. El objetivo es, sin embargo, que las cosas parezcan normales. La sensación es diferente según el día y depende de lo imaginario de las señales de alerta y de lo fuerte que suene lo ruido. En el sur de Manhattan se hacen muchos entrenamientos policiales. Cada vez que ve un grupo de policías, a uno le entra el desconcierto y no está seguro de si se trata o no de una prueba”, narra Gary.

Carl, joyero en la Trinity Place

Para Carl, el 11 de septiembre de 2001 fue un día espantoso. “Fue algo que nadie esperaba. Todavía pienso en ello”, dice.

Carl está muy orgulloso de la gran participación ciudadana. No sólo de la opinión pública, sino sobre todo de las fuerzas de seguridad. “Pese al caos reinaba el orden. Hicieron su trabajo y dieron lo mejor de sí mismos para conseguir normalizar la situación”, opina.

Carl vive desde hace 30 años en Manhattan y conoce la zona muy bien. "Con los atentados perdimos a muchísima gente". También él habla de tiendas que se trasladan y de grandes dificultades: "Fue una dura lucha devolver mi tienda a donde un día estuvo. Pero las cosas han mejorado. Aunque se avance poco a poco, tengo confianza", dice Carl.

Magali, auxiliar médico en Fulton

Magali encuentra que, después del 11 de septiembre, la gente se ha vuelto más precavida. "Todo el mundo está un poco paranoico. Creo que ahora, después de que ha pasado el tiempo, las cosas son más sencillas. Al principio todo fue frenético. Con cada ruido, con cada sirena, uno se asustaba". Ella misma se siente de nuevo segura: "Intento no pensar más en ello".

Nancy, dueña de una librería en la Chambers Street

World Trade Center - Terror USA
El resultado de una tragedia.Imagen: AP

Nancy describe lo sucedido el 11 de septiembre como algo surrealista: "En las calles todo era un lío. La gente estaba confusa. Al principio no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Cuando cayó el primer edificio, la gente estaba todavía en la calle sin saber qué hacer. Corrían simplemente en dirección norte", recuerda.

Nancy y su compañera de trabajo estaban en el momento de los atentados en su tienda, una librería universitaria. El curso acababa de empezar. "Al final tuvimos que cerrar el local e irnos también hacia el norte porque el espectáculo era aniquilador: el polvo, el humo y todo", cuenta Nancy.

Durante la primera semana de octubre volvió a abrir la tienda. "Cerca de nosotros, algunos comercios sufrieron grandes pérdidas y no han vuelto a recuperar sus ganancias habituales. Nosotros mismos no hemos vivido mucha pujanza. Más bien, ha sido un tímido retroceso. Pero nuestro mercado es otro que el de un restaurante o el de alguien que venda ropa", dice.

Nancy cree que la gente ya no es tan abierta como lo era antes de los atentados. "Pero la gente en Nueva York nunca fue abierta al principio. Ahora se han vuelto más cautos. La gente ríe menos. Una sensación diferente domina el ambiente", describe Nancy. "Podría pasar en cualquier lugar. De eso hay ser consciente", contesta cuando se le pregunta si se siente segura.