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Para las organizaciones protectoras de animales lo ocurrido en algunos países es un escándalo perfecto. Primero, un zoológico en Dinamarca mató una jirafa joven, porque no coincidía con su programa de crianza. Luego el zoológico Dählhölzli en Suiza sacrificó un oso bebé completamente sano, porque su padre lo habría matado de todas maneras. En ambos casos, los zoológicos actuaron, según ellos, pensando en los animales y su protección. La crianza con ayuda humana fue descartada en Berna a conciencia. La muerte del animal desató un encendido debate en una ciudad, que en su escudo tiene un oso.