Suecia vive el sueño de una boda real
La princesa Magdalena contrajo matrimonio con el inversionista angloestadounidense Christopher O'Neill. Miles de ciudadanos salieron a la calle en Estocolmo para saludar a la pareja.
Un cuento de hadas
Él estuvo nervioso y dejó caer unos lagrimones de emoción. Ella, tranquila y hermosa. La princesa Magdalena de Suecia y su novio, el angloestadounidense Chris O'Neill, protagonizaron la boda del año en el país escandinavo. Hubo 600 invitados a la ceremonia.
La realeza, en primera fila
En primera fila se sentaron el príncipe Carlos Felipe, el príncipe Daniel, la princesa Estela (sentada en las rodillas de la princesa heredera, Victoria), la reina Silvia y el rey Carlos Gustavo. El matrimonio se realizó en la Iglesia Real del Castillo Real de Estocolmo.
La larga cola de la novia
El vestido de la novia es obra de Valentino, quien dijo que trabajar con ella ha sido "muy fácil. Es una chica muy bonita, moderna, divertida y llena de alegría". El resultado de su trabajo salta a la vista.
El marido no quiere títulos
O'Neill rechazó el título que le iba a conceder el rey Carlos Gustavo, para poder seguir dedicándose a los negocios que tiene en Estados Unidos, donde O'Neill y Magdalena se conocieron hace dos años. Lo seguro es que la pareja no va a tener preocupaciones relacionadas con las finanzas.
Los suecos salieron a la calle
Miles de suecos salieron a las calles para presenciar el paso de los novios. También pudieron ver la llegada de algunos invitados, como Charlene de Mónaco, que no asistió a la entronización de Guillermo de Holanda, hace cuatro semanas.
El sí y el beso
Tras dar el sí, la pareja se besa ante la mirada enternecida de los ciudadanos. Magdalena y O'Neill viven hasta ahora en Nueva York y seguirán viviendo allá, donde la princesa trabaja en una ONG para niños fundada por su madre. Magdalena dejó Suecia cuando su anterior novio, el de toda la vida, le fue infiel.
Un verdadero banquete real
Tras la ceremonia y escuchar los 21 cañonazos en su honor, la pareja se subió a un carruaje para dirigirse al banquete ofrecido por el rey Carlos Gustavo y la reina Silvia.