¿Se acerca el fin del mundo?
14 de diciembre de 2003
El 14 de diciembre de 1503 nació uno de los personajes más estudiados de la historia, Michel de Notredame. El "profeta" fue un prestigioso médico durante la Francia del renacimiento además de cultivarse en otras ciencias como el griego y el hebreo, matemáticas y alquimia. Con el paso de los años y tras la publicación de sus 10 volúmenes de "Las Centurias", donde preconizaba los avatares del futuro, se convirtió en una figura temida y perseguida. Sin embargo, nadie pudo arrebatarle su prestigio y todavía cuenta como el profeta más actual.
Las guerras mundiales, el peligro del "Gran Rojo" (comunismo) y el conflicto en Yugoslavia estaban anunciados. O, por lo menos, algunos así lo creen. Si se cree en la veracidad de las interpretaciones de Nostradamus, el futuro nos deparará amargas experiencias, antes de llegar a la salvación de la especie.
De los versos de Michel de Notredame, inexplicables para el común de los mortales, se han elaborado miles de interpretaciones. Algunas coinciden con los sucesos que se han registrado en los últimos años. Muchas fechas, sin embargo, no coincide aunque todas giran en torno al cambio de milenio. Aquellos que creen en las profecías de Nostradamus aducen que equivocarse en 10 ó 20 años dentro de un margen de 500, no es tan grave. El fin del mundo previsto por Nostradamus será una guerra de religiones: La cristiandad contra el Islam.
¿Como interpretamos el presente?
Tratando de interpretar los versos del profeta francés, hay quien afirma que la guerra contra Irak en 1991 fue el comienzo, el 11 de septiembre de 2001, la continuación y la guerra contra el "Eje del Mal" (Afganistán e Irak) y sus posteriores consecuencias son únicamente los entremeses de la redención del planeta. Según los cálculos del profeta esta redención costará muchas vidas. Las dos terceras partes de la humanidad perecerán en su intento por combatir el mal del planeta. El tercio restante, creará la sociedad del futuro.
El desarrollo de los acontecimientos globales coincide con las profecías de Nostradamus, por lo menos así lo ve mucha gente. ¿Nos estamos acercando a un cataclismo universal que va a cambiar la civilización? Muchas veces se ha anunciado el fin del mundo, sin duda equivocadamente. Ya en la edad media, se anunciaba el fin del mundo con el cambio de milenio, y en aquella época todavía no había interpretaciones ni profecías de Nostradamus. La base de estos augurios catastróficos estaba en el "dios vengador", que con su recurso de Sodoma y Gomorra, quería castigar al hombre por sus pecados, teoría frecuente en la iglesia medieval. Lo que esperaban después era la llegada de un nuevo Mesías para redimir a la humanidad.
¿Creen nuestros líderes en Nostradamus?
Desde los principios de la civilización hasta nuestros días se produjeron guerras en nombre de dios y todavía, tras años de historia, no se ha logrado superar estas diferencias. Algunos líderes se denominan a si mismos salvadores del mundo. Como si fuese la edad media y con ayuda de los medios de comunicación, muchos se dejan aleccionar por un teología sectaria, que infunde miedo, para luchar contra el prójimo.
Bajo estas premisas y suponiendo que se creyera en Nostradamus podría afirmarse que la historia sigue su rumbo. Existen dos bloques, uno bueno y uno malo. Según la interpretación de una parte de Occidente, los buenos pelean del lado de los jinetes Bush, Blair y Aznar, y los malos del lado de Saddam y Bin Laden. Aparte de los protagonistas, hay otros líderes que no se decantan por uno de los bandos, pero eso ya forma parte de las intrigas en la corte internacional.
Si, como escribió Nostradamus, el líder cristiano en esta guerra vence: ¿Será el nuevo gobernador del mundo y dirigirá en nombre de Washington la reconstrucción de la nueva sociedad? Claro está, sin la participación de Alemania y Francia. Y si los buenos son los de oriente, ¿serán chiitas y talibanes los encargados de la justicia mundial? También con excepciones en el reparto, como por ejemplo, Turquía, por mostrar la suficiente motivación por la causa.
Nostradamus advirtió que los vivos tendrían envidia de los muertos, porque estos no presenciarán los horrores del Apocalipsis. Habrá uno que otro que ya los envidia por no tener que aguantar tanto falso discurso político sin contenido, amenazas sin razón, represalias sin causa y muchas muertes injustificadas, mientras los muertos yacen plácidamente en la eternidad.