Sarkozy, un acertijo

La Voix du Nord, de la región francesa de Lille, señala: "El antagonismo entre Jacques Chirac y Sarkozy no es solamente manifestación de una batalla entre antecesor y sucesor. Es el choque frontal de dos épocas. De un lado, el emotivo Chirac, físicamente cercano, pero políticamente lejano a los franceses. En su función de eterno árbitro, lo sacrificó todo, incluso la esperanza de un cambio, a fin de salvar la paz social y mantener unida a la población. Deja tras de sí a una Francia altamente endeudada, con mucho desempleo y ánimo sombrío. Nicolas Sarkozy, en cambio, propone reformas. Ahora tendrá cinco años para demostrar que la ruptura no solamente era necesaria, sino que es condición para una república unida y en paz."

Falta de argumentos

El periódico liberal Liberation, a su vez, considera lo siguiente: "Nada más lejano a la naturaleza de Jacques Chirac que compartir la victoria con los perdedores. Pero con ello gana la imagen de Sarkozy, quien no será percibido como parte de un clan político. Los resultados se dejarán notar en las elecciones parlamentarias de junio. Si desde el poder surge la apertura y el deseo de un mayor equilibrio, tanto los socialistas como los centristas perderán su mejor argumento político."

Un político contradictorio

El diario búlgaro Dnewnik, de tendencia liberal, dice al respecto: "Dirigentes políticos de Europa, Estados Unidos y el Kremlin, así como numerosos ciudadanos franceses, se hacen la misma pregunta: ¿qué se puede esperar de un político sin duda carismático, pero lleno de contradicciones? Con su vehemente oposición a que Turquía ingrese en la Unión Europea, Sarkozy logró desatar una contradicción en la propia Comisión Europea. Por ello es que no ha querido poner sobre la mesa los caminos que seguirá. Una preocupación adicional para la Unión Europea es la posición de Sarkozy frente a la Constitución Europea."

No será fácil

Desde Londres, The Independent opina: "Todos los gobiernos ubicados a la derecha del espectro político han tratado de implementar a lo largo de los pasados doce años las iniciativas que Sarkozy pretende sacar adelante: reformas al mercado laboral, al esquema de horarios de trabajo, y al sistema de seguridad social. Son precisamente los cambios que Francia necesita si es que desea mitigar el desempleo, sobre todo entre los jóvenes, y dar impulso a la economía. Las diferencias de Sarkozy con los sindicatos, con el propio partido y con la oposición transmiten la impresión de que el nuevo presidente buscará en serio tales reformas. No será fácil, pero si alguien posee la energía suficiente para hacerlo, ése es el presidente Sarkozy."