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Repudio mundial a nueva masacre en Siria

14 de julio de 2012

Naciones Unidas condenó el crimen, mientras observadores inspeccionan los campos de Tremseh, donde opositores denunciaron la matanza de hasta 250 personas a manos de las tropas gubernamentales.

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Imagen: Reuters

El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, condenó lo que sus observadores consideraron como un bombardeo "indiscriminado" que incluyó helicópteros de combate en el pueblo de Tremseh, en la provincia rebelde de Hama, y cuestionó el compromiso de Assad con el plan de paz para Siria.

Por su parte, Estados Unidos calificó a los líderes de Siria como asesinos después de un ataque contra una aldea lanzado por las fuerzas del presidente Bashar al-Assad que dejó al menos decenas de muertos, pero no se han producido avances en los debates de las potencias mundiales sobre cómo poner fin al baño de sangre.

Un grupo que reporta incidentes de violencia dijo que 30 personas perdieron la vida en Siria el sábado, muchos de ellos en ofensivas del Ejército en la provincia de Hama, el centro de la revuelta de 17 meses a favor de la democracia que según las potencias de Occidente ha causado la muerte de 17.000 personas.

En contraste a Estados Unidos, que dijo que los líderes sirios eran asesinos, China sólo condenó con firmeza "el comportamiento que perjudica a civiles inocentes", pero no responsabilizó a nadie por el ataque del jueves en Tremseh.

Persiste bloqueo sino-ruso

UNO Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas.
UNO Ban Ki Moon, secretario general de Naciones Unidas.Imagen: Reuters

China y Rusia continúan bloqueando los esfuerzos de Occidente por imponer sanciones más duras contra Siria o tomar medidas que puedan llevar a un cambio de régimen en Damasco. "Instamos a todas las partes relevantes en Siria a tomar pasos prácticos, a detener de inmediato la violencia y proteger encarecidamente a los civiles", dijo en un breve comunicado el ministro de Relaciones Exteriores de China, Liu Weimin.

Relatos de activistas de oposición dijeron que la cifra de muertos se sitúa entre 100 y 200 personas, lo que de todas formas deja al bombardeo como uno de los incidentes más sangrientos reportados en los 17 meses del conflicto.

"Estábamos rodeados por cuatro lados (...) con tanques y vehículos blindados, y los helicópteros nos sobrevolaban", dijo un hombre no identificado en un video casero supuestamente filmado en Tremseh y que fue publicado el sábado en Internet. "Ellos quemaron a personas frente a nosotros, tomaron a hombres así (gesto) y los apuñalaron", dijo, señalando a su pecho y luego a una arteria en su cuello. Afirmó que la garganta de uno de sus primos fue cercenada.

Un grupo de combatientes rebeldes se apresuró a proteger la aldea después de que fue atacada con infantería y equipos de artillería, lo que desató un combate que duró siete horas.

Observadores camino a Tremseh

En una situación vista en otras partes del país en los últimos meses, los rebeldes acusaron a milicianos como los shabbiha, de la minoría alauita a la que pertenece Assad, de intervenir en la batalla y matar a sus vecinos sunitas en un ataque sectario al que calificaron como limpieza étnica.

Una portavoz de la ONU dijo el sábado que observadores del organismo estaban en camino al pueblo de Tremseh, situado en el centro del país, para realizar una misión de reconocimiento. Los observadores intentaron llegar a la localidad arrasada tras los primeros reportes de la masacre del jueves, pero dijeron que se les impidió el acceso. Assad, que asumió el poder de manos de su fallecido padre hace 12 años, cuenta con suficiente poder militar como para reprimir a la oposición y posee el respaldo de la chiita Irán y de Rusia, su antiguo aliado de la Guerra Fría.

Moscú rechaza la insistencia de las potencias de Occidente de que Assad deber dejar el poder y dice que el proceso de paz debe gestarse dentro de Siria. Rusia recibirá la semana próxima al enviado especial de la ONU, Kofi Annan, mientras los diplomáticos en el Consejo de Seguridad del organismo reanudan sus esfuerzos para salvar las diferencias sobre cómo elevar la presión sobre Damasco.

Fuente: dpa

Editor: José Ospina-Valencia