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¿Qué sería de Europa sin Estados Unidos?

31 de mayo de 2017

Sin el apoyo estadounidense y su apoyo nuclear, Rusia podría convertirse en una amenaza para el equilibrio de poder en la región. ¿Qué escenarios barajan los analistas? .

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Polen | US-NATO-Truppen auf dem Weg ins polnische Orzysz
Imagen: REUTERS/K. Pempel

Ante la postura de la administración Trump sobre la defensa europea,  la canciller alemana Angela Merkel declaró que Europa debería empezar a tomar su destino en sus propias manos.  Un escenario en el que algunos de los países podrían sentirse vulnerables ante la amenaza de Estados Unidos de retirar el apoyo militar a los que no cumplan con el mandato del 2% del PIB. Si se cumpliesen las amenazas de Trump, ¿cómo sería la seguridad en Europa?

Según Nick Witney, antiguo funcionario de la Agencia Europea de Defensa, nunca antes hubo tanta presión –ni tantas oportunidades-  para tomarse en serio a Europa. Con las amenazas de Trump por una parte y las de Rusia por la otra, la elección de Macron en Francia cierra la mejor constelación para que Merkel termine de afianzar la propia independencia de Europa.  Witney, que ahora trabaja en el Consejo  Europeo de Relaciones Exteriores, cree que Europa debería dejar de llorar y considerar la situación como una gran llamada de atención. "Es muy fácil decir que reconocen el problema y que cambiarán los presupuestos”, explica  el experto: "Pero sería necesario hacer un inventario de lo que genera pérdidas y gastos superfluos, y dónde recortar duplicidades inútiles”.

Libia: ¿Una lección no aprendida?

Cuando los gobiernos europeos trataron de tomar la iniciativa en 2011 en lo que sería  la intervención de la OTAN en Libia, fueron incapaces de contribuir con sus propios sistemas de inteligencia, reconocimiento o vigilancia. Se quedaban rápidamente sin recursos básicos como munición y tenían que recurrir al apoyo de EE. UU. En aquel entonces, Witney advirtió que "tenían que haber desmantelado miles de bombas y haber dedicado el dinero a munición inteligente”. Algo que, en opinión de Witney, todavía no se ha producido.

Sven Biscop, director del Instituto Egmont de Bélgica, también coincide en que Europa aumentar la cooperación e inversión en defensa. Según lo que él llama política de "Trump First”, los intereses de Estados Unidos podrán coincidir con los de Europa o no. Si no coinciden, Europa no podrá elegir a sus socios.

Las prioridades de Europa

Biscop cree que sería exagerado pensar en una amenaza militar rusa sobre Europa, porque Rusia es más débil que lo que parece. Los 28 estados miembros de la UE tienen 1,5 millones de soldados y ejércitos fuertes, pero no lo suficiente, explica: "Proyectar nuestras fuerzas fuera de nuestro territorio es imposible sin el apoyo de Estados Unidos por la falta de inversiones en equipos estratégicos: transporte de largo recorrido, satélites, aviones no tripulados…”. 

Según él, esas deberían ser las prioridades de Europa. Merkel y Macron deberían alinearse en un grupo central de países que compartan los enormes costes pese a las reticencias de las industrias nacionales. Sin embargo, para Biscop esas estrategias no deberían generar necesariamente preocupaciones económicas a las empresa nacionales. El enorme aumento del gasto podría dejar incluso obsoleta la regla del 2% del PIB.

Bruno Lete, observador de OTAN del Fondo Marshall  alemán, también considera que Europa está paralizada aunque tenga ejércitos poderosos con gran tecnología. "Sin capacidad para crear una formación única al estilo de Estados Unidos en la OTAN, hoy Europa tendría que luchar para unirse y organizar eficazmente su propia defensa”, explica: "Europa no puede golpear y ese es el valor añadido que tiene Estados Unidos”, concluye el experto.

La disuasión nuclear

Aparte de la organización y la inversión, para Witney todavía habría otra prioridad más urgente en Europa: la posible pérdida de lo que él denomina "apoyo nuclear definitivo” por parte de Estados Unidos. Aunque sea poco probable, actualmente Rusia podría invadir los países bálticos. "Si hubiese dudas sobre las garantías nucleares de Estados Unidos, podría ser tentador para el Kremlin”, explica.

Entonces, mientras la relación entre Gran Bretaña y Europa está en el limbo debido a Brexit, Francia tendría que convertirse en la potencia nuclear protectora de Europa. Si se quiere ampliar esta función a toda la unión, aclara, no solo sería necesario un ajuste tecnológico, sino también un cambio de actitud. Aparte de que los franceses nunca fueron demasiado proclives a compartir, "a los alemanes no les gusta estar bajo la protección nuclear de nadie”, continúa: "En caso de necesidad, prefieren estar con Estados Unidos antes que tener que dar las gracias a los franceses por su protección”.  En opinión de Witney, "Europa tendría que superar eso y encontrar formas de compartir el programa nuclear, las responsabilidades y los gastos”.

Pero, ¿qué otra alternativa habría a la eliminación de esas barreras industriales, políticas y psicológicas? Como británico, Witney apunta a un escenario austero: "Cada vez está más claro el terrible destino que le espera al país que se salió de la Unión Europea, que terminará siendo un cadaver al otro lado del canal”, explica: "Pero sin haberlo previsto, eso servirá como una terrible advertencia para todos aquellos que quieran olvidar la solidaridad europea”.