Cada vez es más complicado llamar la atención sobre un producto. Por eso ahora la industria publicitaria ha inventado un nuevo concepto, que ha levantado polémicas: el "prankvertising". Consiste en tomar el pelo a un consumidor normal en un espacio público sin que este lo sepa. Este método está teniendo un éxito arrollador en Internet, con millones de visitas virtuales.