Policías: el peligro y la muerte son parte del trabajo
1 de febrero de 2022Dos policías alemanes, un hombre de 29 y una mujer de 24 años, fueron asesinados a tiros durante un control de tráfico en Kusel, Renania-Palatinado, en la mañana de lunes (31.01.2022). El capellán de la Policía, Markus Reuter, recibió una llamada cuando iba camino al trabajo, y se enteró así del hecho, que causa conmoción en Alemania.
La mujer de 24 años estudiaba en la Escuela Universitaria de Policía de Renania-Palatinado, donde el teólogo imparte clases de Ética Profesional. Se dedica a formar a jóvenes policías acerca de cómo tratar a víctimas y perpetradores, pero también cómo lidiar con experiencias violentas. "Tratamos de preparar un poco a los estudiantes y les preguntamos cómo influye en ellos el trabajo y los peligros potenciales que los amenazan".
Confrontarse con la propia muerte
Con la muerte de los dos policías, el peligro al que siempre se enfrentan los agentes se vuelve real y muy cercano para Reuter y sus alumnos: "Las primeras reacciones, por supuesto, también incluyen reflexionar sobre sí mismos. Se cuestiona hasta cierto punto la propia existencia, y se resalta la propia mortalidad. El hecho de que esto le podría haber pasado a cualquier otro policía naturalmente los inquieta”, afirmó Reuter en entrevista con DW.
Han pasado 11 años desde que un policía fue asesinado por última vez en Renania-Palatinado. Esto no suele suceder a menudo en Alemania, pero el peligro va en aumento. Así lo demuestran las estadísticas de la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), publicadas en septiembre de 2021. El informe habla de un "aumento repentino" de intentos de homicidio.
También hubo un aumento significativo del 20 por ciento de casos con lesiones corporales peligrosas y graves, la mayoría por resistencia contra los agentes de policía. Según el informe de la BKA, alrededor de 85.000 policías fueron víctimas de delitos violentos en 2020, desde heridas por botellazos, hasta intentos de asesinato. El número de víctimas aumentó en un 5,9 por ciento.
Funcionarios deshumanizados
En una entrevista con DW, un policía describió su profesión. Kristian Beara es agente desde 1999. Este hombre de 41 años trabaja regularmente en la calle: en controles de tráfico, en asegurar la situación durante los partidos de fútbol u otros eventos importantes, o cuando políticos extranjeros vienen a Alemania.
En muchas ocasiones, los agentes usan equipos de protección completa, y van acompañados de otros policías: "Hay que cuidarse entre compañeros", dice Beara, que tiene la sensación de que, cuando le tiran piedras y cócteles molotov, se lo percibe cada vez más como un mero "funcionario deshumanizado". La agresividad y la falta de respeto están aumentando. Beara percibe que se está produciendo una "brutalización de la sociedad".
Solo entre hooligans
Durante un partido de fútbol, una vez se vio, de repente, en medio de un grupo de barrabravas que lo golpearon, y por un momento consideró sacar su arma. Pero se pudo escapar y, en retrospectiva, se alegra de no haber disparado.
Como muchos de sus colegas, Kristian Beara está conmocionado por la muerte de los dos policías asesinados a tiros en Renania-Palatinado. "Es una situación terrible para mí. Tengo que procesarlo ahora", dijo a DW por teléfono con la voz resquebrajada. Sin embargo, es un "agente de policía apasionado", asegura. Para él, la vocación se ha convertido en un trabajo, aunque sus sentimientos han cambiado desde que fue padre por primera vez: "Cada vez es más importante llegar a casa sano y a salvo", subrayó.
Policía por vocación
Markus Reuter también habla de vocación. Para la gran mayoría de los estudiantes, es "un trabajo de ensueño, una meta", cuenta Reuter. "Aquellos que no aprueban la carrera o tienen que dejar su trabajo, en algún momento, por motivos de salud, tienen más probabilidades de tener un problema". Incluso después de experiencias críticas, rara vez se topa con personas que cuestionan la profesión en profundidad.
Lo que no quiere decir que los estudiantes no estén totalmente afectados por la muerte de su compañera de estudios y del otro policía. Para Markus Reuter, lo importante en el día del asesinato fue dar espacio al duelo y "encontrar un camino juntos" con sus estudiantes.
El peligro forma parte de la profesión
En la Escuela de Policía de Renania-Palatinado hay un lugar para recordar a los policías asesinados el 31 de enero de 2022. Todos se reunieron allí y guardaron un minuto de silencio. El ambiente era angustioso y tranquilo. Un estado de ánimo que Reuter quiere volver a rescatar en sus clases durante los próximos días. Quiere escuchar cómo los jóvenes policías lidian con la muerte, cómo logran procesar el duelo de manera profesional. Después de todo, el peligro forma parte de su trabajo.
(rmr/cp)