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Catástrofes

Pese a un septiembre negro, México no se rinde

Enrique Anarte
24 de septiembre de 2017

Tras tres sismos en solo un mes, México sigue contando muertos y trabaja tozudamente en los rescates.

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Imagen: picture-alliance/Kyodo/Maxppp

Cinco días después del devastador sismo que sacudió México el pasado martes (19.09.2017), el país sigue sumando nombres a la dolorosa lista de hijos e hijas que se llevó la catástrofe. Protección Civil elevó este domingo (24.09.2017) la cifra a 318 víctimas mortales, de las cuales 180 fallecieron en la capital. Quienes sobrevivieron, mientras tanto, siguen removiendo escombros con la esperanza, cada vez menos sólida, de poder salvar alguna vida más.

Entre huracanes y temblores: estamos con ustedes

La naturaleza todavía no ha dado tregua a los mexicanos. La tierra volvió a temblar el sábado (24.09.2017) como consecuencia de un terremoto de magnitud 6,1 con epicentro en el estado de Oaxaca, que todavía llora la muerte de 71 de sus ciudadanos en el sismo del pasado 7 de septiembre. Aquel fatídico jueves perecieron un total de 90 personas en todo el país, que dejó 800.000 damnificados y un amargo comienzo de mes.

El último temblor, el del sábado pasado, fue más leve, en concreto de magnitud 6,1. Aun así dejó dos muertos y algunos daños en Oaxaca, así como otros dos fallecimientos en Ciudad de México, donde dos personas sufrieron un infarto al escuchar el sonido de la alarma sísmica. Uno de los destrozos materiales más importantes ha sido el derrumbe de un puente en la localidad oaxaqueña de Ixtaltepec. Posteriormente se supo que los severos daños provocados por el sismo de principios de mes contribuyeron a que en este último se colapsasen varias casas en municipios como Juchitán.

Los temblores, al parecer, ha decidido acabar con la tranquilidad de los mexicanos. El Servicio Sismológico Nacional ha contabilizado cerca de 4.400 réplicas, en su mayoría leves, desde que tuvieron lugar los movimientos telúricos del 7 y el 19 de septiembre.

Los habitantes de las zonas más afectadas por el terremoto buscan la manera de volver a la normalidad, aunque a veces sea prácticamente imposible. Muchas de estas personas vieron cómo las paredes, los techos y los suelos que protegían sus hogares se venían abajo ante sus ojos. Según el Gobierno de la capital son casi 40 los edificios colapsados tras el sismo, dejando a decenas de familias en la calle. Además, de los miles de inmuebles revisados, 321 fueron declarados inhabitables. A esto hay que sumar alrededor de 700 construcciones más en código amarillo, que pueden ser avisados pero cuyos daños estructurales tendrán que volver a ser revisados.

Esta situación ha obligado a centenares de personas a pasar la noche en albergues, sus autos, carpas de campaña o hasta en las banquetas de los parques.

Inspiradora respuesta ciudadana

La ciudadanía mexicana ha respondido con rapidez y firmeza ante este desastre natural. El trabajo de los equipos de rescate junto a brigadistas internacionales y miles de voluntarios, muchos de ellos jóvenes, ha logrado sacar de entre los escombros a 60 personas con vida. Todavía hay familias, sin embargo, que siguen sin tener noticias de los suyos. Protección Civil indicó que habría 42 personas desaparecidas. Sin embargo, dos listas elaboradas por voluntarios que trabajan en la zona señalan que el número podría ser todavía mayor, siendo 51 desaparecidos la estimación más alta.

Mientras tanto, otras personas se organizan para prestar todo tipo de ayuda y auxilio. Como ya informó DW, una de las iniciativas más exitosas ha sido la campaña digital #Verificado19S, organizada por el Centro Horizontal y que permite actualizar en tiempo real información sobre daños, albergues y centros de acopio.

A solo dos días de cumplirse una semana desde que el sismo volviese a sembrar el dolor en México, cuyo sufrimiento recorrió el mundo y generó una enorme e inmediata reacción de solidaridad internacional, los mexicanos siguen sacando fuerzas para lidiar con las consecuencias de una de sus pesadillas más tristemente frecuentes. "Esta es mi gente, este es mi país y aquí voy a estar”, afirmó con tozudez una voluntaria a DW. México no se rinde.

Enrique Anarte (Agencias/jov)