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¿Cuándo reirá también el alemán?

24 de diciembre de 2017

Alemania todavía no tiene un gobierno completamente operativo. En gran parte de Europa, eso no sería drama. Pero cuando se trata de Alemania, no se puede esperar demasiado, opina Beqe Cufaj.

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Würfelspiel um Deutschland Symbolfoto Angela Merkel Martin Schulz
Imagen: picture-alliance/U. Baumgarten

Un danés, un italiano, un holandés, un francés, un belga y un británico se encuentran y hablan de Alemania. El italiano dice: Pasé toda mi vida con gobiernos que habían estado en el cargo por no más de seis meses. El holandés agrega que su país ha estado sin gobierno durante casi un año y no ha pasado nada porque el Estado está protegido por el monarca de todos modos.

El francés, en un interminable monólogo, reitera la propuesta de su presidente sobre el presupuesto común de la UE y le enseña a los otros cómo mejorar las vidas de cada ciudadano europeo. Y para ello espera la ayuda de los vecinos: los franceses tenemos la visión, pero los alemanes serán quienes la lleven a la práctica. Pero los alemanes deben primero formar un gobierno, dice, vacilando entre la alegría y la desesperación. 

Deutschland Kosovo Beqë Cufaj DW Gastkolumnist
Beqe CufajImagen: Jürgen Sieckmeyer

El belga comenta que no nota la diferencia entre su gobierno y el gobierno de Europa. Ambos en Bruselas son incompetentes e invisibles para él. Y el ciudadano de Gran Bretaña, más o menos feliz, se frota las manos, esperanzado en secreto que es mejor no tener un gobierno en Berlín a forzar a Londres a pagar tanto por el "brexit".

Este diálogo imaginario entre representantes de países europeos es solo una variante de lo que piensan los vecinos sobre el estancamiento y dificultades actuales de la política alemana.

Si piensas en la situación en Alemania...

La visión sobre cómo es Alemania depende del enfoque. Los optimistas siempre repiten: nada trágico ha sucedido, no hay razón para el pánico o el miedo. Pasarán meses desde la fecha de las elecciones del 24 de septiembre hasta la formación del próximo gobierno alemán, que sorprenderá y asustará a cualquiera en el extranjero. Especialmente en Europa siempre hay un estancamiento político después de las elecciones. Y esa es la locura política normal.

Pues tal cosa puede suceder cuando se llevan a cabo las elecciones. Como en Escandinavia, donde los gobiernos minoritarios no son poco comunes. O coaliciones que parecen increíbles a primera vista. Tardan meses después de las negociaciones, pero llegan a conclusiones. Como fue el caso en Holanda este año, como lo fue en Bélgica hace tres años o como sucede una y otra vez en otras regiones del continente.

El problema es que los pesimistas están sentados en el interior del motor de Europa. Temen un vacío de poder, especialmente a la luz de la visión de Europa de Macron, ya que el gobierno de Berlín tiene una capacidad limitada para actuar. Luego están los problemas en las negociaciones con los británicos, así como los peligros mundiales como las guerras, los refugiados, los terroristas islamistas y la creciente influencia de la derecha nacionalista en los países europeos. Y en el otoño, las elecciones de la UE son inminentes. Bruselas necesita urgentemente reformas. Y retrasar esto sería malo para todo el continente y también para Alemania.

Actuar, no esperar

El estancamiento político alemán no es comparable a las crisis en los otros países de la UE. El peso del poder económico y político más grande del continente es demasiado para aventurarse a experimentar en tierra desconocida. ¿Quién garantiza a los contribuyentes alemanes y de otros países europeos que su riqueza seguirá siendo segura? En otras palabras, la situación es como si la junta directiva de Daimler detuviera la producción de automóviles para ver si incluso la última de las líneas de producción cumple con los estándares. ¿Puede la política permitirse eso? ¡No la política alemana!

Debe hacerse rápidamente. Alemania es un país fuerte y próspero. ¿Y Europa? Europa no sabe realmente qué está pasando en la política interna alemana. El danés, el italiano, el holandés, el francés, el belga y el británico, así como todos los demás, pueden reírse del teatro político en Berlín. Pero en unos pocos meses puede verse bastante diferente. Cómo exactamente, ni siquiera Berlín lo sepa probablemente. Esperemos que hasta entonces, el alemán también se siente y se ría en esta mesa europea.

El escritor y periodista Beqë Cufaj nació en 1970 en Decan, en el suroeste de Kosovo, y estudió literatura en Pristina. Vive con su esposa y dos hijas en Stuttgart-Degerloch. Entre otras cosas, publica ensayos y columnas en el "Frankfurter Allgemeine Zeitung" y en el "Neue Zürcher Zeitung". Recientemente publicó su novela "projekt@party.

Autor: Beqe Cufaj