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Opinión: la CDU después de Merkel

Volker Wagener
8 de diciembre de 2016

"Me tienen que ayudar“, clamó Angela Merkel en el congreso de la CDU, pensando en las elecciones 2017. ¡Ni hablar! Los delegados marcaron la cancha a la jefa. Fue una prueba de lo que será el partido tras la era Merkel.

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Essen CDU Bundesparteitag Abstimmung Tauber Merkel Kauder
Imagen: picture-alliance/dpa/M. Kappeler

Primero la buena noticia: la Unión Cristiana Demócrata (CDU) aún es capaz de debatir, por lo menos durante uno de sus congresos. Eso debería ser normal, pero entre los conservadores es una excepción. La CDU es una familia organizada de modo vertical. En caso de duda, las iniciativas de la cúpula se aprueban sin más. Pelear abiertamente es algo para Los Verdes o los socialistas. No para los dóciles nietos de Adenauer y Kohl.

Esta vez fue distinto. De repente se produjo una sorpresiva y peleada votación sobre la iniciativa C28. Se trataba de debatir si debe seguir vigente la norma excepcional que permite a jóvenes nacidos en Alemania de padres extranjeros conservar dos nacionalidades. Y la cúpula perdió. Fue un claro caso de inusitada desobediencia hacia Angela Merkel, el ministro del Interior, Thomas de Maizière y el secretario general, Peter Tauber.

Política simbólica

Detrás de todo esto está el deseo impulsivo de un partido que quiere ser de nuevo más conservador. ¿Cómo podría lograrlo con Angela Merkel, quien encarna el centro político? Las elecciones solo pueden ser ganadas con ella, pero no todos quieren emprender una expedición más hacia la modernidad urbana. Una mayoría, aunque fuera estrecha, se pronunció contra Merkel y el acuerdo de la doble nacionalidad, arduamente negociado hace apenas dos años con el socio de coalición, SPD.

La batalla contra la doble nacionalidad no es un tema político cualquiera con el cual sectores del partido buscarían recuperar el perfil conservador perdido. En Essen, los delegados discutieron más de una docena de iniciativas que tuvieron una meta común: endurecer las leyes migratorias y de asilo.

Volker Wagener, periodista de DW
Volker Wagener, periodista de DW

Sus promotores fueron en su mayoría las Juventudes de la CDU, que claramente se posicionaron a la derecha del propio partido. No queda duda de que la CDU ha redescubierto la seguridad interna y con ello define uno de los temas de campaña para 2017. Uno que polarizará como hace mucho tiempo no se veía.

La doble nacionalidad siempre ha sido un tema altamente sensible para la CDU. Incluso, el partido ganó con él las elecciones regionales de Hessen, en 1999, con lo cual Roland  Koch se convirtió en primer ministro de ese estado. En aquel entonces, ser conservador equivalía a estar contra la doble nacionalidad. El redescubrimiento de este tema en tiempos de la AfD tiene un gran valor simbólico, pero no mucho más. Desde el punto de vista político, no hay manera de llevar a la práctica la voluntad de los delegados conservadores en Essen. ¿Con quién podría ser? El SPD ya está indignado por el "golpe a la doble nacionalidad”, aunque en el fondo ese partido se alegra de poder distanciarse programáticamente de su socio de coalición. Pero está claro que la campaña del próximo año no será un día de campo.

Campaña de trincheras

Por el contrario. Los indicios hablan de que será una campaña de trincheras claras. Merkel ya las percibe en su propio partido, y calienta intencionadamente la discusión. Apenas se había terminado el congreso, arremetió claramente contra los rebeldes. Dijo que consideraba equivocada la decisión y anunció que no renunciará al acuerdo firmado con el SPD. Lo dijo inmediatamente después del congreso, frente a cámaras de TV. Los delegados no escucharon nada de ello en los ocho minutos que duró su discurso al acabar el congreso. Solo les deseó buen viaje. Así es como se procede cuando el enemigo está en las propias filas.

Sin duda, en la CDU caldean los rumores en cuanto a contenido programático. Esta es la lección de Essen. El curso modernizador de la canciller hacia el centro político ya no está libre de controversia interna. Es apenas una muestra inicial de lo que será la CDU después de la era Merkel.