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Opereta germano-italiana en Verona

Gabriel González22 de agosto de 2003

En Verona se representan dos obras muy interesantes: la ópera "Carmen" por Georges Bizet y la opereta titulada "Reconciliación fingida" por Schröder y Berlusconi. ¿Cuál será mejor?

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Hace sólo cuatro semanas durante una visita relámpago a Berlín, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, invitó al canciller alemán, Gerhard Schröder, a asistir al Festival de Verona y ver la obra "Carmen". "Le preguntaré al primer ministro (Silvio Berlusconi) si tiene algún reparo", dijo Schröder, en tono irónico. "Nos vemos en Verona", respondió Prodi.

Berlusconi no sólo no tuvo nada en contra, sino que incluso aceptó la invitación del alcalde de Verona para asistir a la representacion de la ópera y, "de paso", encontrarse con Schröder. La Arena de Verona estuvo a punto Deutsche Welle convertirse en algo como una fiesta en la que uno se encuentra con gente que en realidad no quiere ver.

Pero Silvio Berlusconi, decidió en último minuto no asistir a la representación de la ópera en el antiguo teatro romano de Verona. La decisión de Berlusconi se debe al temor a ser objeto de abucheos por parte de grupos de simpatizantes de izquierda.

La guerra del verano

Todo empezó cuando, recién inaugurado el semestre de presidencia italiana de la UE y en una intervención ante el Parlamento Europeo, Berlusconi comparó a un eurodiputado alemán con un esbirro nazi. La comparación, que el primer ministro italiano quiso relativizar luego calificándola de comentario irónico, desató estupor en Alemania, pero Schröder optó por aceptar como disculpa una llamada posterior realizada por Berlusconi para explicarle la situación.

El entonces subsecretario de Turismo italiano, Stefano Stefani añadió leña al fuego al arremeter contra los turistas alemanes, que calificó de "rubios supranacionalistas que asaltan a gritos nuestras playas". Obviamante el señor Stefani tuvo que demitir a causa de esas declaraciones, no muy oportunas para un subsecretario de Turismo. Finalmente Schröder decidió cancelar sus previstas vacaciones en Italia y se quedó en Alemania. El encuentro en Verona es un gesto conciliador para volver a la normalidad.

Vino, cenas y operetas

¿No hubiese sido una ópera un buen sitio para hacer las paces? Schröder, Prodi y Berlusconi podrán haber disfrutado de una obra que no da para crear nuevas disonancias entre Berlín y Roma. "Carmen" fue escrita por un francés y transcurre en Andalucia, en el sur de España. Y Verona es la ciudad de Romeo y Julieta. ¿Qué más se necesita para que el encuentro entre el canciller alemán y el primer ministro italiano sea exitoso?

Pero a pesar de todo, no es muy probable que Schröder y Berlusconi se enamoren en Verona. Los dos nunca fueron amigos y nunca lo serán. Volver al la normalidad política es simplemente una necesidad que nace del sentido común. Italia preside la Union Europea, y los dos países tienen interés en que esa presidencia sea un éxito. Las disonancias histéricas del verano tuvieron más carácter de entretenimiento para la prensa que sustancia política.

De todos modos, nunca se sabe. Schröder es un declarado amante de la cultura italiana. El vino italiano y el ambiente veraniego posiblemente podría conducir a que mañana los dos se presenten en el Palazzo della Gran Guardia para afirmar que en realidad nunca hubo disonancias.