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Mujer, periodista y amenazada en Pakistán

3 de mayo de 2009

En el Día de la Libertad de Opinión, Meera Jamal, cuenta por qué y cómo tuvo que huir de Pakistán. Tras varios meses en un campo para refugiados en Alemania, esta periodista logró integrarse a la Deutsche Welle.

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Meera Jamal, periodista amenazada en Pakistán.Imagen: DW

DW-WORLD: Pakistán es considerado uno de los países más peligrosos del mundo para periodistas. ¿Cuál fue su experiencia?

Meera Jamal: Cierto. El peligro que enfrentan los periodistas en Pakistán proviene de dos grupos: primero, el de los servicios secretos. Tú ves una cantidad de periodistas perseguidos, golpeados o asesinados por ellos. El otro grupo peligroso para periodistas en Pakistán lo componen los islamistas radicales.

¿Por qué abandonó Pakistán?

Yo misma tuve que abandonar mi país por los radicales islamistas. Yo estaba escribiendo sobre derechos humanos y, en especial, de la mujer, en los que, a veces, hay que criticar algunas normas seguidas por clérigos islamistas, o creadas por ellos mismos. En el Día Internacional de la Mujer, por ejemplo, escribí sobre una prostituta de 56 años de edad cuyos hijos nunca supieron del trabajo de su mamá. Para mí esto era una impresionante muestra de cómo una mamá tiene que sacrificarse para criar a sus hijos. Otro de los ejemplos fue una serie de artículos sobre derechos de la mujer, como del divorcio y de la custodia de sus hijos.

¿Cómo fue amenazada?

Inicialmente con llamadas telefónicas y luego también con cartas. En agosto de 2008, fui interceptada por cuatro hombres cuando me dirigía al trabajo. Amenazaron con matarme. Sentí que estaba en peligro y estaba poniendo en riesgo a mi familia

¿Qué cree que le hubiera pasado si hubiera seguido viviendo en Karachi?

Ser mujer en Pakistán es de lo más difícil. La mujer representa la moral de la familia y si se ve enredada en un problema, es tomado como la pérdida del honor de todos los miembros de ella.

¿Así que la podían matar?

Asesinarla a una es lo más fácil. Difamarte y difamar a tu familia es visto como peor.

¿Cree que tratar temas femeninos generó la ira de quienes la amenazaron?

Fueron los temas que trataba y el hecho de ser una mujer que escribía sobre derechos y buscaba convencer a otras congéneres de sus ideas. El hecho que yo no sea creyente también llamaba la atención de los radicales.

¿Qué la llevó a esa situación insostenible para una periodista en Pakistán?

La verdad es que yo me sentía muy satisfecha con mi profesión, aportando, poco a poco, a mejorar mi sociedad. Muchas personas que leían mis artículos me llamaban para pedirme ayuda.

Tras haber pasado meses en un campo de refugiados aquí en Alemania, se integró a Deutsche Welle por unos meses. ¿Regresará a Pakistán?

Por ahora no. Pero sí volveré. No podemos rendirnos ante la amenaza.

Autora: Anke Rasper / jov

Editor: Enrique López