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Malaria: ¿Por qué no está disminuyendo el número de casos?

Clare Roth
23 de abril de 2024

Los progresos para combatir la malaria se estancaron en casi todo el mundo. En algunas zonas, los casos están aumentando. Esto ocurre después de dos décadas de descenso en los casos y las muertes. ¿Qué está pasando?

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Mosquito (Aedes aegypti) .
Los mosquitos se está voviendo más resistentes.Imagen: PongMoji/IMAGO

En la década de 1990, organizaciones, gobiernos y filántropos invirtieron miles de millones de dólares para reducir a la mitad el número mundial de muertes por malaria para el 2010. En aquel momento, la malaria era una de las mayores amenazas sanitarias del mundo, causando la muerte de un millón de personas por año, en su gran mayoría niños.

Los millonarios fondos fueron usados para distribuir mosquiteras e insecticidas, así como también nuevos fármacos para tratar a los pacientes, especialmente en lugares donde los mosquitos se han vuelto resistentes a un medicamento antimalárico.

Estancamiento e incremento de los casos

Los esfuerzos fueron exitosos y se logró el objetivo en solo dos décadas. Sin embargo, en 2015, la situación se estancó y los casos estimados comenzaron a subir en los años siguientes.

En 2020, la mortalidad mundial por malaria alcanzó su nivel más alto en seis años. Y en 2022, el número estimado de casos de malaria en el mundo se disparó a más de 248 millones, frente a los 230 millones de 2014.

Interpelación a la OMS

Decepcionado por esta situación, Nicholas White, científico especializado en malaria y profesor de medicina tropical en la Universidad de Oxford, hizo un llamado a la Organización Mundial de la Salud (OMS). Según sus cálculos, el número de casos de malaria estimados por la OMS en 2000 era exactamente el mismo que el de 2022.

Si después de inversiones millonarias, años de investigaciones y de nuevos tratamientos, el número estimado de casos no había variado, White se preguntó entonces qué estaba fallando. La OMS le dijo al científico que había malinterpretado las cifras porque no tomó en cuenta el crecimiento de la población mundial.

"Si la tasa mundial de incidencia y mortalidad de la malaria en 2000 se aplicara anualmente a las poblaciones de riesgo hasta 2020, las inversiones realizadas en los últimos 20 años habrían contribuido a salvar unos 11 millones de vidas y a evitar 1.700 millones de casos desde 2000", replicó la OMS.

Aun así, la organización reconoció en su respuesta que "el progreso se ha estancado".

Mosquitos resistentes a los fármacos

En su respuesta a White, la OMS dice que las razones de este estancamiento son "complejas". Por ejemplo, en el África subsahariana, la zona más amenazada por la malaria, hay menos recursos y falta de acceso a una salud de calidad, mientras que las herramientas disponibles se ven comprometidas por "amenazas biológicas".

Expertos consultados por DW atribuyen en parte este estancamiento a la capacidad de los mosquitos que propagan la malaria para adaptarse rápidamente: se han vuelto resistentes al principal insecticida y el parásito que causa la malaria aguanta mejor los fármacos, dice a DW Jackie Cook, codirectora del Centro de Malaria de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.

Además, en los últimos 10 años ha aparecido en África oriental una nueva especie, el Anopheles stephensi. A diferencia de otros, el A. stephensi es capaz de propagarse en las ciudades y zonas urbanas.

"El control de la malaria hay que verlo como una carrera armamentística", afirma a DW Umberto D'Alessandro, investigador sobre malaria y jefe de la Unidad del Consejo de Investigación Médica de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres en Gambia.

"Tan pronto como se desarrollan insecticidas en aerosol o medicamentos, los mosquitos o los parásitos se adaptan", agrega.

Vacunas contra la malaria

Además, la financiación de la investigación sobre la malaria está disminuyendo. En 2022, el último año del que se tiene constancia, esta alcanzó su nivel más bajo de los últimos 15 años, según la OMS.

En su informe sobre la malaria de 2023, la OMS atribuye el estancamiento en los 11 países más afectados al acceso limitado a la atención sanitaria, los conflictos en curso, el efecto del Covid-19 en la prestación de servicios, la falta de financiación y los problemas con las intervenciones, como la resistencia a los insecticidas.

Las vacunas también están empezando a desempeñar un papel en la lucha contra la enfermedad. Hasta ahora, la OMS ha aprobado dos vacunas contra la malaria, la RTS,S y la R21/Matrix M.

La RTS,S ya se administra, mientras que el despliegue de la R21 está previsto para mayo de 2024. Los expertos son optimistas, pero advierten de que la vacunación no es la panacea.

(ju/ers)