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Prohibición del NPD

Andrea Grunau/ EU14 de diciembre de 2012

Aunque los estados federados alemanes están a favor de una prohibición del partido ultraderechista NPD, numerosas voces advierten sobre el riesgo de que la formación resulte fortalecida de fracasar el proceso.

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Imagen: picture-alliance/dpa

La prohibición de un partido político en Alemania es un proceso sumamente difícil, debido a que hay que probar que la formación es una amenaza real al orden constitucional, y que hace un llamado explícito a la violencia. Dierk Borstel asesora desde hace 15 años a los municipios, alcaldes, partidos y organizaciones civiles y empresariales en el este y el oeste de Alemania en cuestiones que tienen que ver con la violencia y el extremismo de derechas. El politólogo, proveniente de Dortmund, considera que el Partido Nacional Democráta (NPD) es antidemocrático, agresivo y racista. Pero ve con escepticismo que un nuevo proceso de prohibición tenga éxito.

“El riesgo es una revaloración artificial del partido”, advierte Borstel. El experto señala que una prohibición del partido sería uno de los medios más efectivos de una democracia funcional, pero un debate en torno a su prohibición, con la enorme atención que ello implica, sería capitalizado por la agrupación, que actualmente se encuentra debilitada. “Está perdiendo afiliados e influencia en amplias regiones de Alemania al grado de que ni en los círculos extremistas de derecha juega un papel relevante”, subraya Borstel.

El politólogo Dierk Borstel.
El politólogo Dierk Borstel.Imagen: Privat

Según un reporte de la Oficina Federal de Protección a la Constitución, el NPD contaba en 2011 con 6300 miembros. Pese a la pérdida de afiliados sigue siendo el mayor partido de extrema derecha alemán, aunque su éxito en las urnas ha sido relativamente moderado. En las elecciones generales de 2009 el NPD obtuvo un 1.5% de los votos.

Parlamentos regionales en el Este

Actualmente, la formación está presente en los parlamentos regionales de Sajonia y de Mecklenburgo-Pomerania Occidental, que han sido utilizados como escenario para hacer proselitismo. El politólogo señala que hay que discutir con sus líderes democráticamente, como si se dirigiera uno a maestros que tienen alumnos de extrema derecha, enseñándoles a argumentar de otra manera y a trabajar en otra visión del mundo.

La prohibición de un partido político en Alemania: un proceso complicado y riesgoso.
La prohibición de un partido político en Alemania: un proceso complicado y riesgoso.Imagen: picture-alliance/dpa

Robert Ackermann, que publicó un libro sobre el NPD y entrevistó para ello a muchos de sus líderes, comparó a la formación con otros partidos de derecha en Europa occidental que son exitosos. Según el autor, el NPD se diferencia de otras formaciones en sus raíces nazis, vinculadas a un fuerte antisemitismo. Además, el partido carece de figuras carismáticas.

Ackermann está a favor de iniciar un proceso de prohibición contra el NPD. Según el autor, la organización es portavoz de ideologías que, por ejemplo, condujeron a una serie de asesinatos neonazis cometidos por la llamada “Clandestinidad Nacionalsocialista” (NSU). Pero además, según la Fundación Amadeu Antonio, desde 1990 se han producido 180 asesinatos de motivación racista. “El NPD, con sus numerosos miembros dispuestos a la violencia y con antecedentes penales, representa esa ideología”, señala el experto. “El absurdo es que la organización sea financiada con 1.5 millones de euros por año, provenientes de las arcas del Estado”, añade.

Labor de convencimiento, mejor que una prohibición

El dinero que recibe el NPD del Estado por sus posiciones ganadas en procesos electorales es uno de los principales argumentos de quienes piden su prohibición. Dierk Borstel, propone, más que una prohibición, que se haga labor de convencimiento ante los votantes para que eligan partidos democráticos y de esa manera cortar el financiamiento a la formación.

El politólogo considera que, si el partido resultara proscrito, sus líderes tendrían nuevamente tiempo para el trabajo de proselitismo, ya no estarían limitados de tiempo por el trabajo que los obliga en los parlamentos regionales. “A la represión le sigue siempre la innovación”, dice Borstel aludiendo a los efectos de una prohibición. Y parece que la mayoría de la población alemana comparte la opinión del experto. Pese a que casi tres cuartas partes de los alemanes están a favor de una prohibición, consideran que ésta sería sólo un gesto, y muy pocos creen que sería un medio efectivo para debilitar el extremismo de derecha en Alemania.

Autora: Andrea Grunau/ EU

Edición: Cristina Papaleo