Life Links - #headabovewater: Con el agua al cuello - Trabajar en un barco
Paul viene de una familia de pescadores y es uno de los últimos jóvenes que quiere hacer ese trabajo en Alemania. Las duras condiciones, junto con la caída abrupta del precio del pescado y al hecho de que haya más concesiones pesqueras que nunca, han convertido el trabajo en menos atractivo. Y aunque Paul ama lo que hace, lucha por salir adelante: tiene que pagar la hipoteca de su barco y, además de eso, enfrenta los desafíos diarios de levantarse a mitad de la noche y trabajar 13 horas seguidas. A veces pasa días e incluso semanas enteras sin volver a casa. Ruth, reportera de Life Links, se une a Paul en su embarcación. La ciudad holandesa de Róterdam tiene uno de los mayores y más activos puertos de Europa. Cada día atracan en él cientos de barcos mercantes de todo el mundo. Aquí es donde Carl, reportero de Life Links, conoce a Jeroen, que trabaja como marinero en uno de estos buques. Sus colegas y él enfrentan incontables obstáculos: desde naufragios, piratería y peligrosas condiciones de trabajo hasta el abandono en ciudades portuarias por parte de sus compañías navieras y largos meses en el mar sin ningún contacto con sus seres queridos en casa. Alamgir empezó a trabajar cuando sólo tenía 9 años, le cuenta a Gönna, reportera de Life Links, mientras la lleva a conocer el desguace de barcos en Chittagong, Bangladesh. Cientos de enormes buques de carga son enviados aquí cada año para ser completamente desmantelados y que los materiales puedan reutilizarse. Alamgir cuenta solo con un soplete para desguazar los buques. Es una profesión peligrosa y agotadora. No hay seguro social, ni equipo de seguridad ni formación para el trabajo. Sí hay un sueldo escaso, accidentes y falta de alternativas. Alamgir no tiene otra opción que seguir trabajando.