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La lucha por el "oro azul"

18 de mayo de 2010

El agua es un bien escaso en Oriente Próximo. Hay quien teme que en algún momento pueda convertirse en detonante de una guerra. Cooperantes alemanes fomentan en Jordania un uso eficiente del "oro azul".

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El río Jordán: en algunos tramos, apenas un raquítico riachuelo.Imagen: Rudolf Tepfenhart - Fotolia.com

Con un volumen de agua disponible de 180 metros cúbicos por persona y año, Jordania figura entre los países con menores recursos hídricos del planeta. La escasez del denominado "oro azul" provoca que las pocas reservas de agua del país se encuentren tan explotadas como para poner en riesgo el suministro a largo plazo de hogares, industria y agricultura. Cooperantes y ecologistas alertan de las consecuencias devastadoras para la población y el medio ambiente si no se produce un cambio drástico de concepto en lo que respecta al consumo de agua.

Una leyenda se seca

Leerer Staudamm in Jordanien
Dos ciudadanos jordanos muestran el fuerte descenso del nivel del agua.Imagen: KfW-Bildarchiv/Fotoagentur: photothek.net

En algunos lugares, las consecuencias de la escasez de agua son ya palpables. Por ejemplo, en el Jordán. En el legendario río en el que, según la tradición cristiana, Jesús fue bautizado. Durante generaciones, el Jordán ha sido el principal recurso hídrico del país. Hasta la intervención del ser humano en el ecosistema, en los años 30 del siglo pasado, el río disponía de un cauce que oscilaba entre uno y 65 metros de anchura. Hoy en día, en algunos lugares, apenas puede observarse un sucio riachuelo, como denuncia la Organización No Gubernamental "Amigos de la Tierra" (FoEME): "El río se ha convertido en un simple arroyo, seco por culpa de la explotación desmesurada del agua y devastado por la contaminación". El alto nivel de sal ha provocado, además, la desaparición de árboles como el álamo o el sauce y de especies animales como la nutria.

Comportamiento indebido en la agricultura

Karte zum Fluss Jordan und seiner Anlieger (span)
El Jordán constituye una frontera entre Israel y Jordania.Imagen: DW

También los cooperantes alemanes de ayuda al desarrollo que trabajan en Oriente Próximo conocen los problemas de escasez de agua del país y el miserable estado en que se encuentra el río Jordán. E intentan ayudar. Uno de ellos es Rudolf Rogg. Él es director regional del Servicio Alemán de Cooperación Social-Técnica (DED) en los territorios palestinos y en Jordania. En su opinión, lo que más perjudica a la economía hídrica del país es el uso del riego intensivo en la agricultura. Los agricultores emplean gran parte del agua disponible para regar sus campos y, sin embargo, su trabajo apenas supone un pequeño porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) del país. Un aspecto que también critica Munqeth Mehyar, el director jordano de FoEME. Considera que "cuanto menos agricultura, mejor", a la vez que celebra el "apoyo moral" que su organización recibe por parte alemana.

El DED apoya al Ministerio de Agricultura y al Ministerio del Agua de Jordania en el desarrollo, conjuntamente con los agricultores, de proyectos que impliquen un menor consumo de agua. En el Valle del Jordán, por ejemplo, se cultiva la banana a gran escala. Un cultivo que requiere agua en grandes cantidades, demasiada, según Rogg. "Es por ello que hay que despedirse del cultivo del banano, igual que en las regiones montañosas deben abandonar el regadío y volver al pastoreo", afirma Rogg. Se trabaja conjuntamente con los agricultores para que desarrollen planes para hacer compatible su actividad económica con el ahorro de agua.

"Nuestra experiencia nos ha demostrado" explica Rogg, "que la política del agua se transforma y se ve reflejada en un plan de gestión hídrica muy avanzado, con el retroceso de la agricultura intensiva y la reducción del consumo de agua en las ciudades".

Reducir las emisiones de CO2

Jordanische Farmer bei einer Beratung über Wassernutzung
Escuchar, entender, cambiar: agricultores jordanos son asesorados por cooperantes alemanes.Imagen: GTZ/Jörg Böthling

La distribución del agua supone también un gran problema. Es por ello que el DED trabaja conjuntamente con la Sociedad de Cooperación Técnica (GTZ) y un fabricante alemán de bombas de agua en la mejora de los sistemas de tuberías y bombeo en Jordania. El transporte del agua del Valle del Jordán, situado por debajo del nivel del mar, debe superar un desnivel de más de 1.000 metros para llegar a la capital, Ammán. Lo cual requiere un elevado consumo de energía. Además, las bombas de agua existentes son en su mayor parte anticuadas. Todo ello convierte a la autoridad jordana encargada del suministro de agua no sólo en uno de los mayores consumidores de electricidad del país También en uno de los mayores emisores de CO2, dado que la electricidad se obtiene mayormente a partir de combustibles fósiles. Bombas de agua eficientes y tuberías en buen estado comportarían una ventaja doble: cuidar del río Jordán y cuidar del medio ambiente.

Autor: Martin Schrader
Redacción: Emili Vinagre