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La historia se repite<br> Portugal-Inglaterra: 8 a 7

pk25 de junio de 2004

<br> El primer gol fue para los ingleses. Ya a los tres minutos, el balón pasó de arco a arco y se introdujo en el de Portugal. Pero al final, no bastó: los ingleses perdieron nuevamente.

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Portugal en la gloria.Imagen: AP


El defensa Costinha había peinado infelizmente hacia atrás una pelota larga lanzada por el guardameta inglés, James. El balón cayó a los pies de Owen, que con fino tiro de media vuelta, más ballet que fútbol, superó espectacularmente a Ricardo.

Los portugueses reaccionaron al temprano gol en contra con un vendaval atacante que metió durante grandes trechos a los ingleses en su propia mitad. Para colmo, Wayne "Roonaldo" Rooney tuvo que abandonar la cancha a los 27 minutos, lesionado.

Oleadas ofensivas

Impulsados una y otra vez por Figo y Cristiano Ronaldo, Maniche y Nuno Gomes, Portugal sudó la camiseta, creó una oportunidad de gol tras otra, obligó a tiros libres y saques de esquina. Los ingleses no acertaron a aplacar el juego, demasiado ágiles, imprevistas y veloces eran las oleadas ofensivas lusas.

Ambos seleccionados jugaban al todo por el todo. Los ingleses, para conquistar por primera vez una Copa Europea. Los portugueses para llevarse el título en su propio país, un título que la afición local les exigía con insistencia y pasión.

Hace cuatro años, Luis Figo había hecho el gol, si bien no más bonito, sí el más importante de su carrera, como confiesa él mismo. Luego de ir perdiendo por 2 a 0 en su primer partido de la ronda inicial de la Eurocopa, la "seleçao" derrotó finalmente a los "leones" por 3 a 2.

Y mientras que los ingleses no se clasificaron para los cuartos de final, los lusitanos llegaron ese año hasta la semifinal.

Un mar rojiverde

A los 82 minutos, tanto esfuerzo dio sus frutos. Postiga, que había entrado diez minutos antes por Figo, salta en el área chica y mete un cabezazo mortal en el arco de James.¿Se repetiría la historia de hace cuatros años? Muchos hinchas portugueses no lograron reprimir los lagrimones. ¡Qué partido!

El empate, que venía a satisfacer las exigencias de responsabilidad nacional que las tribunas en Lisboa le exigían a su once, fue más que merecido. Un mar rojiverde de banderas, un solo grito, una emoción incontenible: Portugal había empatado.

Entre los ingleses cundía el temor de que se repitiera lo de hace cuatro años. En el último minuto reglamentario, Inglaterra logra introducir el balón en el arco portugués. ¡God save the Queen! Campbell retoma un balón que había rebotado en el travesaño luego de cabezazo de Owen. Pero Terry había obstaculizado a Ricardo y el gol no vale.

Dejando el alma en la cancha

Los 90 minutos terminan empatados 1 a 1, con un Portugal dejando el alma en la cancha y una Inglaterra luchando cada centímetro del verde, con la idea fija de que la historia no podía ni debía repetirse. Pero si hay justicia en el fútbol, los portugueses tienen que ganar este partido. Demasiado grande es la presión lusitana, demasiado filigrana su juego de pases y gambetas.

En el minuto 109, Rui Costa eleva a Portugal a la gloria: un balazo desde el borde del área grande hace inútiles una estirada y manotazo desesperado de James. Una gloria que iba a durar poco. Cinco minutos después, Lampard de media vuelta en el área chica logra el empate. Es el partido definitivamente más dramático de esta Eurocopa hasta ahora. Y así termina el alargue: 2 a 2. ¡A los penales!

8 a 7 es el resultado final del partido. El primer penal que se tira va afuera: lo erra Beckham. Rui Costa manda el balón también para afuera cuando estaba 4 a 4. El disparo de Vassel lo detiene Ricardo cuando estaba 7 a 7. Y el mismo Ricardo se hace cargo del tiro final que desbarata definitivamente las esperanzas inglesas y empuja a la afición inglesa a un abismo de llantos y abatimiento. La historia sí se repite.