La energía solar
23 de junio de 2009
Cuando brilla el sol, las temperaturas suben, y todo parece mucho más alegre y colorido. La ropa se seca antes, y las plantas crecen con renovadas fuerzas. La gente sale a pasear y a bañarse en la playa, y las pieles se broncean.
Pero el sol también tiene otros usos: es el protagonista principal de una de las energías verdes más importantes y fáciles de conseguir que existen ahora mismo: la energía solar, que se obtiene mediante la captación de la luz y el calor.
La energía solar puede aprovecharse de diversas maneras, aunque las más comunes son tres: energía solar pasiva, térmica y fotovoltaica.
La energía solar pasiva se limita a aprovechar el calor del sol sin necesidad de mecanismos especiales. Se sirve de la energía solar de forma directa, sin transformarla en otro tipo de energía, y se utiliza, generalmente, para calentamiento de espacios.
La energía solar térmica se utiliza el calor para producir agua caliente de baja temperatura. Esta agua pasa luego a tener otros usos, generalmente domésticos, como la cocina o calefacción.
Por último y más importante, la energía solar fotovoltaica se utiliza directamente para producir electricidad, mediante placas de semiconductores que se alteran con la radiación solar. Para ello hacen falta, básicamente, dos elementos esenciales: la luz solar y los paneles fotovoltaicos.
Estos paneles pueden ser observados en muchísimos lugares, aunque no hace falta ir más lejos que el cajón de un escritorio y coger una calculadora solar. Estos negros paneles, al recibir radiación solar, son capaces de convertirla en electricidad, que dependiendo del tamaño y número de paneles será más o menos potente.
La energía solar es una de las más abundantes que existen. La cantidad de energía solar total que llega a la tierra durante una hora es más grande que la cantidad de energía utilizada por la humanidad en un año. Actualmente, no obstante, es muy pequeño el porcentaje de energía solar que se aprovecha, aunque esta tendencia está cambiando.
En el mapa que se muestra arriba se observan los niveles de irradiancia, o energía solar total (no necesariamente aprovechada) en 2006. Los colores rojizos significan niveles altos, mientras que los colores purpúreos implican poca energía.
España es en estos momentos el primer país productor de energía fotovoltaica, seguido por Alemania. En Europa, la venta de paneles aumenta a un ritmo medio de 20% por año. A este paso, quizás en un futuro, la energía solar pueda ser aprovechada en todo su esplendor.
Autora: Lydia Aranda Barandiain.