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Kabul asume el mando

Enrique López Magallón30 de junio de 2011

Los Estados Unidos y la OTAN quieren entregar la responsabilidad de la seguridad a las fuerzas afganas a partir de julio, en un proceso que irá hasta 2014. ¿Está Kabul en condiciones de asumir ese compromiso?

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Fuerzas Armadas de Afganistán: la responsabilidad de la seguridad.Imagen: dapd

“Sí, lo lograremos” va proclamando el Gobierno afgano desde hace meses de provincia en provincia. Kabul quiere demostrar su fortaleza. Ahora que ha comenzado oficialmente el proceso de transferencia de la seguridad, nadie debe dudar de la determinación de la policía y las fuerzas armadas afganas. En julio, unidades afganas asumirán el control en cinco ciudades y dos provincias. “Estamos bien preparados”, dice Seddiq Seddiqi, portavoz del ministerio del Interior afgano. Y agrega: “las fuerzas de seguridad afganas han demostrado ser muy capaces, por ejemplo en Kabul, donde asumieron la responsabilidad hace ya dos años”.

¿Riesgo calculable?

Las fuerzas internacionales de protección seguirán presentes en las zonas controladas por los afganos e intervendrán, de ser necesario, dice Seddiqi. Además las regiones en las que las fuerzas armadas afganas asumirán el comando a partir de julio se cuentan entre las más tranquilas, agrega. Es decir, que el riesgo es calculable.

No obstante, algunos políticos locales lejos de Kabul dudan. Muhammad Asef Mubalegh, vicegobernador de la provincia de Bamian, advierte: “Nuestra seguridad depende de la situación en las provincias vecinas. Si no son reforzadas la policía y las fuerzas armadas en todo el país, tampoco podemos garantizar la seguridad en Bamian”. En forma similar se expresan los responsables en otras localidades en las que los afganos asumirán la responsabilidad, tales como Herat, en el oeste; Mazar-e Scharif, en el norte y Lashkargah y Mehtarlam, en el sur y el este del país respectivamente. Además se quejan de que a la policía le falta el equipamiento adecuado.

¿Qué sigue a la retirada?

Qayum Momand, experto del "Afghan Research and Development Institute", indica que existe también otro problema, mucho más grande: “Numerosos miembros de las actuales fuerzas armadas y policía se identifican con diversos grupos políticos, pero no necesariamente con toda la nación. Mientras en Afganistán no existan fuerzas armadas y una policía realmente nacionales, identificadas con todo el pueblo afgano, no habrá seguridad en el país”.

Los políticos en Kabul dicen que el problema es conocido. Agregan que en un país tan conflictivo y pobre como Afganistán no pueden crearse de la noche a la mañana fuerzas armadas potentes y leales. Tampoco con ayuda internacional. Observadores conceden que en ello Kabul puede tener razón. Pero igual acusan a Karsai, el presidente, de no decir la verdad en relación con la situación de seguridad: “El Gobierno asegura que los talibanes están muy debilitados, pero no es cierto. Vemos que son fuertes no sólo en el sur y el este, sino que operan desde una posición de fuerza también en el norte.”

La poco transparente política de información del Gobierno afgano hace aumentar la sensación de inseguridad entre la gente, cree Momand. Muchos afganos se preguntan si el proceso de entrega de la responsabilidad con respecto a la seguridad comienza porque el Gobierno es lo suficientemente fuerte o porque la comunidad internacional quiere simplemente marcharse, cansada, después de diez años en el país. Hasta ahora no han recibido una respuesta convincente.

Autor: Ratbil Shamel / Pablo Kummetz

Editor: José Ospina

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