Jornadas de cine de Hof, ¿un atajo hacia la fama?

Del 24 al 29 de octubre tienen lugar, por cuadragésima vez los Hofer Filmtage, las Jornadas de Cine de Hof, una cita que tiene lugar anualmente sin alfombra roja, ni grandes premios en una pequeñita ciudad en lo profundo de Baviera.

"Lo que es el festival de cine independiente de Sundance de Robert Redford -en lo profundo de las montañas de Uhta- para el cine norteamericano, lo es Hof para el alemán: un lugar recomendado, un lugar de acopio de talentos", comenta el diario Die Welt.

En este año de jubileo, Heinz Badewitz, su director y fundador, ofrece una retrospectiva de los cuarenta años de esta especie de taller de trabajo cinematográfico, en donde presentaron sus primeros trabajos nombres hoy tan altisonantes como Werner Herzog, Wim Wenders o Doris Dörrie.

Wenders y Hof

El guionista y productor Wim Wenders -cuyo nombre popularizó en el mundo entero su producción del documental Buena Vista Social Club- define lo que distingue al festival de Hof -a donde Wenders acude desde 1968- de otros festivales: "Aquí se trata sólo de películas. De películas y de películas. Heinz Badewitz ha logrado que en Hof se cree un círculo solidario de cineastas, de tal manera que no exista la competencia y el estrés de otros festivales. En Hof, productores, directores, autores y actores se portan mejor que en otros lugares, sencillamente porque la presión es menor".

En entrevista a la agencia de noticias dpa, el director de Paris Texas (1984) y guionista de El amigo americano (1977) califica al Festival de Hof de "viaje de descubrimiento". A él acuden viejos conocidos y, cada año, nuevos talentos. "Todo productor del mundo espera encontrar al siguiente Spielberg. Por eso se producen muchas primeras películas. El mayor pedrusco en la carrera de todo director es, precisamente, la segunda película", explica.

Hof, la primera

Y no fue precisamente para presentar su segunda película, pero sí unos de sus primeros cortometrajes que un grupo de jóvenes cineastas alemanes decidieron alquilar una sala de cine en la ciudad natal de Badewitz, la provinciana Hof. Eso en Múnich hubiese salido muy caro. Era el año 1967, "y nadie creía que habría una segunda edición", cuenta Badewitz. Sin embargo, cuando en 1968 muchos jóvenes cineastas retiraron sus películas del renombrado Festival de Cortometrajes de Oberhausen por desavenencias con la dirección, las llevaron a Hof, con el expreso propósito de ver, discutir y criticar y crear cine.

Desde entonces, para todos los implicados, según el crítico Rainer Gansera, en Hof se trata de algo así como de "presentar la gran colección de otoño del cine alemán, presentado por Heinz Badewitz en la pasarela de las Jornadas Cinematográficas de Hof".

Premios y premiados

A pesar de que a lo largo de su historia o este tiempo, estas jornadas han permanecido fieles a su objetivos originales -entre los que se encontraba el ofrecer poca alfombra roja y mucho intercambio, sin premios y sin jurado-, la Kodak otorga un premio al mejor productor novato que consiste en un material para su siguiente producción. La ciudad de Hof otorga otro, una simbólica manufactura de porcelana, a quien haya destacado por su cooperación con este tan poco glamoroso como esencial encuentro.

ntre la lista de los galardonados se puede ver nombres como el de Doris Dörrie -directora de Hombres (1985) y Yo y él (1989), colaboradora permanente de este festival y miembro del jurado del de Cannes; el del "visionario del cine alemán", Werner Herzog; el del propio Wim Wenders o el del exitoso joven director de Lola corre y El Perfume, Tom Twyker, quien declara: "Antes de presentar mi primera producción, asistí 17 años a Hof". Mucho indica, entonces, que por pequeño y poco glamoroso que sea, existe algún camino que conduce hacia las cimas cinematográficas no sólo alemanas, que pasa por Hof.