Hace cuatro años la bancarrota amenazaba a Islandia tras el colapso bancario. Esto provocó la caída del gobierno de centroderecha, otorgándole el cargo de primera ministra a la socialdemócrata Jóhanna Sigurðardóttir. Pese a que el país recuperó desde entonces la senda del crecimiento, muchos islandeses desean que su economía se recupere con mayor celeridad.