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Impotencia europea en Oriente Medio

16 de mayo de 2018

Los estadounidenses se caen como mediadores en el pacto nuclear con Irán y, por tanto, solo queda la Unión Europea. Eso puede sonar bien a algunos, pero tiene poco que ver con la realidad, dice Bernd Riegert.

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Israelische Artillerie auf den Golanhöhen
Imagen: Getty Images/AFP/J. Marey

Antes Estados Unidos se esforzaba por mediar en Medio Oriente y, como los europeos, por posibilitar la "solución de los dos estados" para israelíes y palestinos. Ambos, Estados Unidos y Unión Europea, se sentaban juntos en el llamado cuarteto y actuaban juntos. Pero eso se acabó, al menos, desde la política del presidente Donald Trump. No le interesa la opinión europea. Se ha alineado con la línea más dura de Israel. Trump juega con fuego en varios frentes del polvorín de Oriente Medio, elevando unas tensiones y fomentando, de manera indirecta, la violencia entre palestinos y fuerzas de seguridad israelíes, carentes de proporcionalidad.

Tres opciones imposibles

¿Qué puede hacer ahora la Unión Europea, que ha venido siempre siguiendo la estela de Estados Unidos respecto a sus políticas hacia Medio Oriente? ¿Qué quiere en realidad hacer?

La UE podría aliarse con la diplomacia sin escrúpulos de Trump. Eso radicalizaría aún más a los palestinos e imposibilitaría no ya una paz en los próximos años, sino siquiera una tranquilización de la situación.

La UE podría ponerse del lado de los moderados palestinos y cortar sus vínculos con Israel. La perspectiva de un final a la violencia tampoco se vislumbraría. Se aceleraría el final de los tradicionales lazos transatlánticos. Y se provocaría una confrontación directa con Trump.

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Bernd riegert, corresponsal de DW en Bruselas.

La UE podría también retirarse completamente de Medio Oriente y dejar el campo completamente libre para los instigadores. Eso complacería a los populistas nacionalistas, desde Polonia hasta Italia, bajo el lema de "mi país primero, el resto me da igual".

Las tres posibilidades no serían muy prudentes, sobre todo teniendo en cuenta que la UE nunca podría acordar por unanimidad una u otra opción. Algunos de los miembros de la UE están más inclinados hacia los palestinos, otros hacia Israel. Por lo tanto, un punto medio sigue siendo la mejor opción, la que obtuvo el consenso hasta que apareció Trump en la escena internacional. Los europeos no tienen más remedio que esmerarse en funcionar como contrapeso.

¿Seguir así?

Así, la UE continuará haciendo lo que ha estado haciendo durante décadas: números. La mayor parte de la ayuda a los palestinos dentro y fuera de los Territorios Ocupados proviene de las arcas europeas o de las de sus Estados miembros. Estos pagos no se hacen únicamente por caridad, también por supuesto para ganar influencia en el tablero de ajedrez que es el Medio Oriente.

Si bien el presidente palestino insiste en que no se deja chantajear con la ayuda, esos miles de millones ejercen alguna influencia. Sin ellos, la Franja de Gaza y Cisjordania colapsarían pronto. Por eso Israel tiene un interés en que la UE continúe con su papel de donante taciturno y no especialmente rebelde. Sin el dinero de Europa y las Naciones Unidas, sobre Israel recaería la tarea de proporcionar, como fuerza de ocupación, bienestar para los ocupados.

Donald Trump también usa el dinero como medio de presión. Está reduciendo las aportaciones estadounidenses a la ayuda palestina, confiando descaradamente en que los europeos no permitirán que la gente muera de hambre.

En esta estado de cosas, los intentos por distanciarse de la política estadounidense en Oriente Medio llegan tarde, quizá demasiado tarde. Si la UE ahora se pone del lado de Irán respecto al acuerdo nuclear, se opone automáticamente a Estados Unidos e Israel. Así nunca logrará encontrar su papel político en el conflicto de Medio Oriente.

Pero con la irresponsable política de Donald Trump alimentando las tensiones en la región, los intereses de seguridad de los europeos se ven directamente afectados. Otra guerra en el Medio Oriente u otra Intifada ciertamente conduciría a más ataques terroristas en Europa y a otra oleada de refugiados.

Una Europa sin poder

La Unión Europea únicamente podría erigirse como actor independiente de Estados Unidos en Medio Oriente con el respaldo de una voluntad política unificada y de un poder militar reforzado. Porque, a fin de cuentas, solo aquellos que tienen la capacidad de hacer valer sus reclamaciones por la fuerza de las armas ganan autoridad.

Por eso Estados Unidos es tan indispensable en Oriente Medio: porque tiene la capacidad militar para intervenir si es necesario. No porque los vaivenes sin sentido de Donald Trump sean tan convincentes.

Pero hasta que la Unión Europea obtenga una autoridad así y se modernice militarmente, pasarán años, si no décadas. Y eso haciendo abstracción del hecho de que ni siquiera entre los veintiocho existe ahora mismo un consenso sobre la necesidad de esas políticas de mayor integración para ganar fortaleza. Lo que queda no es muy esperanzador: esperar a ver qué pasa.

Autor: Bernd Riegert (LGC/EL)

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