Hertha Berlín: una tormenta de caos, furia y decadencia
14 de octubre de 2022No hay peor sordo que el que no quiere oír, reza el dicho. Aplicada a la Bundesliga, dicha máxima podría describir perfectamente la historia reciente del Hertha Berlín. La situación actual del club al comienzo de la jornada 10 habla por sí misma: lugar 14 de la tabla, 10 goles a favor y 12 en contra y a dos puntos de la zona de descenso que ocupan al día de hoy el recién ascendido Schalke, el calamitoso Stuttgart y el insalvable Bochum.
Pero la crisis es mucho más larga y profunda. El Hertha no juega una temporada pasable desde el torneo 2019/2020, cuando quedó en lugar 10, es decir, inaugurando la parte baja de la tabla. Y para ubicarlo entre los primeros hay que ir más atrás aun, al torneo 2016/2017, cuando su delantera estaba compuesta por Vedad Ibisevic, Salomon Kalou y Alexander Esswein.
Mucho más cercana está la salvada milagrosa en la anterior temporada, cuando bajo la batuta de Felix Magath el Hertha apenas consiguió mantenerse en primera división por haber anotado un gol más como visitante ante el Hamburgo, contra el que perdió en el Estadio Olímpico berlinés. En ese torneo, el Hertha se mantuvo a pesar de sí mismo, pues la "vieja dama” de la capital parecía empeñada en escribir su propia tragedia.
Caos dentro y fuera de la cancha
Pero la estrepitosa caída del Hertha Berlín no solo obedece a lo que ha sucedido en la cancha. Es más, la desolación futbolística del otrora "club grande” de la capital alemana es solo un reflejo de lo que ha acontecido en la institución desde hace años.
La enfermedad crónica del Hertha Berlín comenzó con la llegada de un inversionista y de muchos millones de euros al club. En 2019, precisamente el último año en el que el Hertha hizo un torneo de Bundesliga sin temer por el descenso, la empresa Tennor compró el 49 por ciento de la participación del equipo. Al frente se encontraba el ambicioso empresario Lars Windhorst, hoy de 45 años de edad.
Los planes eran fastuosos. La inversión inicial fue de 224 millones de euros, y desde entonces la participación ha aumentado hasta un 60 por ciento para 374 millones de euros en total. Se logró la en su momento espectacular contratación de Jürgen Klinsmann como entrenador, y en la pausa invernal del torneo 2019/2020 el club gastó 80 millones de euros en refuerzos, tanto como ningún otro en todo el mundo en esa ventana de transferencias.
Sin embargo, el despegue jamás se produjo y, de hecho, la lluvia de euros inundó a un club que no ha dejado de hundirse desde la llegada de Windhorst y su empresa al fútbol alemán. Intentaron suplir a Klinsmann, que renunció luego de apenas diez semanas, Alexander Nouri, Bruno Labbadia, Pal Dardai, Tayfun Korkut y Felix Magath, y hoy es Sandro Schwarz el que trata de sacar a flote un barco que naufraga. La cara del fútbol berlinés es representada no por el Hertha, sino por el modesto y espectacular Union Berlín.
Hertha Berlín y la difícil salvación
Hoy, incluso el propio Windhorst trata de salir del embrollo y "tras cuidadosa reflexión y evaluación de los últimos tres meses, llegamos a la conclusión de que no existe la base ni la perspectiva de una colaboración financiera entre Tennor y el Hertha Berlín”, afirma el consorcio Tennor.
La pregunta es: ¿existe la posibilidad de salvar al Hertha Berlín del descenso bajo las actuales circunstancias? El equipo, si bien se encuentra en crisis, muestra mejor juego que el desierto del torneo anterior. Hertha fichó en 2021 al mediapunta Suat Serdar y este año recuperó al delantero Dodi Lukebakio, con lo cual se ven ideas ofensivas que el Hertha no exhibía desde las salidas de Matheus Cunha y Matteo Guendouzi. Lo que no ha podido compensar a la defensiva el nuevo técnico, Sandro Schwarz, es la salida del argentino Santiago Ascacíbar, uno de los pilares de la salvada el torneo pasado.
Se dice que hay inversionistas estadounidenses interesados en sellar el divorcio entre Windhorst y el Hertha Berlín. Pero las negociaciones pueden tardar. Y futbolísticamente, el Hertha Berlín no tiene tiempo que perder. Transcurrida casi la tercera parte del actual torneo, y con el equipo en caída libre, el equipo tiene que comenzar a rendir sobre el pasto, y de inmediato. Porque si desciende, la catástrofe futbolística, institucional y financiera será lo único perfecto en este club de gran tradición.