1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Hace 70 años comenzó el programa de eutanasia de Hitler

9 de octubre de 2009

Hoy hace 70 años, Adolf Hitler pidió a su médico de cabecera, Karl Brandt y al director del partido Nazi, Philipp Bohler, que otorgaran competencias especiales a los médicos para matar a enfermos incurables.

https://p.dw.com/p/K3A9
Homenaje en Berlín a las víctimas del programa de eutanasia.Imagen: AP

Esas atribuciones especiales a los médicos tuvieron una vigencia retroactiva, pues el programa de eutanasia fue fechado el 1° de septiembre de 1939 y con ello se vinculó su vigencia al inicio de la guerra, tras la invasión a Polonia. Con ello el dictador quería evitar que lisiados y enfermos mentales ocuparan camas que necesitarían los soldados heridos que volvían del frente.

“La sola idea de que un herido de guerra no tuviera cama porque ésta estuviera ocupada por un enfermo mental le parecía a Hitler insoportable, según lo dijo el mismo”, escribe el historiador Manfed Vasold en la “Enciclopedia del Nacionalsocialismo”. Así fue como comenzó el programa de eutanasia conocido como “Operación T4”, nombre que aludía al lugar en donde se encontraban las oficinas que coordinaban el programa, en la calle de Tiergarten No. 4, en el corazón de Berlín.

El operativo protegía al personal médico y a quienes administraban el programa de posibles procedimientos penales en su contra y tenía como antecedente legal una ley promulgada por los nazis unos meses después de llegar al poder, con la que querían proteger a la población alemana de enfermedades genéticas hereditarias. Dicha ley fue la base legal para perseguir a grupos de la población considerados de menor valía como enfermos mentales, discapacitados, prostitutas, marginados, gitanos y judíos.

Clemens August Graf von Galen
El obispo de Münster, Clemens August Graf von Galen.Imagen: picture-alliance / dpa

Programa de esterilización

Mientras por un lado el Estado nazi protegía a las familias arias, por el otro fueron esterilizados unos 400.000 hombres y mujeres afectados por alguna de las enfermedades consideradas como hereditarias por el régimen. Estas iban desde la deficiencia mental hasta el alcoholismo. Los especialistas emitían su veredicto en tribunales especiales, lo que dio a las medidas una fachada de legalidad.

El personal sanitario estaba obligado a registrar a todo recién nacido con minusvalías o defectos genéticos. También tenían que informar sobre pacientes que sufrieran esquizofrenia, epilepsia o demencia senil. Aunque el programa comenzó a aplicarse en los recién nacidos, pronto se amplió a la población adulta.

Tres facultativos decidían, rellenando un formulario, sobre la vida o la muerte de los enfermos. Uno de los coordinadores fue Ernst Wentzler, reconocido pediatra berlinés, que desarrolló una incubadora para nacidos prematuros, pero secretamente envió a la muerte a miles.

Nürnberger Prozess
Médicos en el banquillo de los acusados durante los Procesos de Nuremberg.Imagen: dpa

Centros de eutanasia

Los enfermos indeseables eran enviados a seis centros de eutanasia, uno en Austria y cinco en Alemania, en donde los niños y luego los adultos eran matados con la inyección letal o por inanición. Las familias eran informadas de que su pariente había fallecido de alguna complicación.

Las protestas no se hicieron esperar, sobre todo de las iglesias católica y protestante. El Obispo de Münster, Clemens August von Galen, así como el pastor protestante Fritz von Bodelschwingh, director del Instituto Bethel para epilépticos, fueron los líderes de las protestas y aunque el programa no se suspendió, las protestas fueron importantes por su efecto, pues algunos representantes de la iglesia se negaron a obedecer. Aunque oficialmente el programa de eutanasia fue detenido por Hitler en agosto de 1941, el programa continuó en secreto. Parte del personal sanitario encargado de él fue trasladado al este de Europa y fue comenzada la “operación 14f13”, término que obedecía a una codificación secreta: 14 aludía a la muerte en un campo de concentración y 13 al tipo de muerte, por gasificación.

Así fue como el personal médico que tomó parte en el programa de eutanasia fue empleado en los campos de exterminio, en “la solución final” con la que Hitler quería exterminar a la población judía de Europa. Durante los procesos de Nuremberg, tras la Segunda Guerra Mundial, se estimó que unas 275.000 personas murieron víctimas del programa de eutanasia.

Autora: Eva Usi

Editora: Claudia Herrera Pahl