Gorilas de montaña: una familia incestuosa
Ya no quedan muchos gorilas en el planeta, por lo cual el incesto se hace inevitable. Pero éste no los hace propensos a contraer enfermedades tanto como a otros animales, sino que los ayuda a no extinguirse.
Ayuda a la supervivencia
Se estima que en los bosques de África Central viven aún solo 800 gorilas de montaña. En una colonia con tan pocos ejemplares, los primates se ven obligados a reproducirse con sus consanguíneos, con lo cual se suponía que desaparece la diversidad genética y, con ella, la resistencia a las enfermedades. Un estudio, sin embargo, prueba lo contrario.
Heredar las ventajas
Según dicho estudio, el incesto no representa una desventaja para los gorilas, por el contrario. Al reproducirse con parientes cercanos desaparecen ciertas variantes genéticas perjudiciales para estos animales. El número de mutaciones, que puede acarrear pérdidas graves en algunos genes, parece ser menor en los gorilas de montaña que en otros gorilas
Incestuosos desde hace tiempo
Los investigadores del equipo de Yali Xue, de Gran Bretaña, parten de que los gorilas de montaña viven en grupos relativamente pequeños desde hace cerca de 100.000 años, y que el incesto forma parte de la vida de esos animales y no los afecta. En el Hombre de Neanderthal, el incesto fue una de las causas de su desaparición de la faz de la Tierra.
La diversidad genética no siempre ayuda
El gorila occidental de llanura posee una diversidad genética tres veces mayor que la de los gorilas orientales, entre los cuales se cuenta el gorila de montaña. El estudio demostró que en los gorilas occidentales existen menos mutaciones genéticas, pero que los afectan más las mutaciones genéticas graves.
Amenazados de extinción
Los investigadores esperan proteger mejor a los gorilas de montaña con su análisis del genoma. La identidad de los animales se puede constatar ahora más fácilmente. Además de la caza, la destrucción de su hábitat es una de las mayores amenazas para los gorilas. Según el Fondo Vida Salvaje, hasta el 2030 desaparecerá un 90 por ciento de su hábitat en el planeta si no se toman medidas urgentes.