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También Joshua Onike lucha por ser un campeón y entrena desde hace 12 años para lograr su objetivo: el campeonato del mundo de peso wélter, para boxeadores de menos de 66 kilos. Dos veces al día entrena en la escuela de boxeo. Su padre y su abuelo fueron pescadores. Su mánager le paga cada mes 160 euros, casi como un anticipo por un posible título. Joshua Okine disputa entre tres y cuatro combates profesionales al año. Tiene que ganarlos todos para acercarse a su meta.