"Generación 30+", preocupada por el futuro

"Tenemos una caída real en el optimismo sobre el futuro", dice la jefa del instituto alemán Allensbach, Renate Kocher, sobre esta reciente encuesta hecha a personas entre 30 y 59 años de edad.

Tal pesimismo solo se ha percibido siete veces desde 1949, con las crisis políticas más grandes: con la construcción del muro de Berlín, la crisis de Corea, los ataques del 11 de septiembre de 2001 o con la crisis financiera de 2008/2009.

Este escepticismo es extraño justamente ahora, cuando la economía va bien, el mercado de trabajo es robusto y las personas están cada vez más satisfechas con sus condiciones económicas.

Kocher lo atribuye a los riesgos que la población ve en general para Alemania: una brecha creciente entre ricos y pobres, ataques terroristas, la creciente xenofobia y el gran número de refugiados. Por el contrario, la “Generación de mediana edad” se preocupa menos sobre la amenaza de una recesión económica.

Sus preocupaciones no son tomadas en serio

Los políticos han perdido en los últimos doce meses la oportunidad de calmar a la gente y tomar en serio sus preocupaciones. Esto ees algo que quedó claro con la gran ola de refugiados en el verano de 2015, asegura Kocher: "De cierta forma, se trató a la población como a un niño ingenuo", dice.

Los políticos dijeron “hemos perdido el control, pero todo va a estar bien”. Y eso le chocó a los alemanes, convencidos desde el inicio de que la crisis de refugiados sería un problema serio y a largo plazo.

Entretanto, el aumento de la inmigración provoca escepticismo. De acuerdo con el estudio, dos tercios de los encuestados calificó las posibilidades de integración de los refugiados como “poca” o “no del todo buenas”. Aproximadamente el 21 por ciento evaluó las oportunidades como "buenas", y sólo el uno por ciento como "muy buenas". En comparación con 2014, la actitud de la "Generación 30+" sobre la inmigración cambió significativamente.

Esta encuesta fue hecha para La Asociación Alemana de Seguros GDV. Para el estudio, los investigadores encuestaron a más de 1.000 hombres y mujeres entre 30 y 59 años de edad en la primera mitad de 2016. Los encuestados calificaron su situación personal y económica como bastante positiva. Sin embargo, en el ámbito social y de desarrollo fueron más escépticos.

El 60 por ciento de los encuestados teme reducciones de sus ingresos en la vejez, y el número va en aumento. La población se queja, cada vez más, de las diferencias sociales y de la disminución de un trabajo social en conjunto. A muchos les preocupa convertirse en víctimas de la delincuencia. Y más de dos tercios tienen la impresión de que el número de delitos ha aumentado.