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"Europa debe mirar más a América Latina"

Luis García Casas
7 de marzo de 2018

El prestigioso Real Instituto Elcano, que recientemente ha sido referenciado como el más influyente del mundo hispano, presentó este lunes su informe anual sobre América Latina.

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Carlos Malamud Forscherchef der Institutes Elcano für Lateinamerika
Imagen: Real Instituto Elcano

El lunes (05.03.2018) fue presentado, en la sede de la Secretaría General Iberoamericana en Madrid, el informe anual sobre Latinoamérica del prestigioso Real Instituto Elcano. Carlos Malamud, investigador principal para la región de la institución, recientemente reconocida por el ranking mundial de think tanks que elabora la Universidad de Pensilvania como el más influyente en Política Internacional del mundo hispano, es además el coordinador del estudio.

DW: El informe afirma que la Unión Europea y Latinoamérica se necesitan mutuamente en la actualidad más que nunca. ¿Podría explicar brevemente esta afirmación?

El principal objetivo del informe es precisamente llamar la atención de la UE, sus instituciones, los Estados miembros y la opinión pública en general sobre la importancia que tiene América Latina para la Unión Europea y los intereses europeos. Las relaciones entre las dos regiones son sumamente sólidas y se manifiestan no solamente en lo que son las relaciones comerciales o culturales. Lo que ocurre es que la mayor parte de esta relación ocurre bajo lo que podríamos llamar "la línea del radar", porque no se reflejan en las estadísticas oficiales ni son de interés directo para los gobiernos. Pero tienen que ver con una relación en la cual Europa y América Latina están en contacto desde hace más de cinco siglos. Y esto, evidentemente, importa y mucho.

El informe recurre a un símil pugilístico para decir que Latinoamérica "está boxeando por debajo de su peso". ¿Qué tendría que hacer la región  para situarse en el mapa geopolítico mundial en el lugar que le corresponde?

En primer lugar, tomarse más en serio lo que ocurre en el mundo. Muchas veces, la sensación que uno tiene de América Latina es que está pendiente únicamente de aquellos temas de la agenda internacional que le afectan directamente. De ahí que su presencia en organismos internacionales, como el Fondo Monetario o el Banco Mundial, sea inferior al peso que tiene realmente. Pero, por el contrario, en el G20 América Latina está sobrerrepresentada con la presencia de Argentina, Brasil y México. Hasta este año, que Argentina asume la presidencia del G20, fue prácticamente imposible que los tres países se coordinaran entre sí y también con el resto de la región, para unificar posturas que fueran de interés de toda América Latina. Al mismo tiempo, la extrema fragmentación de la región complica la cuestión, ya que dificulta la formación de mínimos consensos en temas de la agenda internacional.

También lo dicen en el informe: uno de los grandes escollos es precisamente que América Latina y la Unión Europea no se ponen de acuerdo internamente sobre lo que espera la una de la otra.

Ese es un problema añadido, que las dos partes deberían clarificar qué es exactamente lo que quieren el uno del otro. Por ejemplo, en Europa se afirma, y es verdad, que con América Latina nos unen fuertes lazos culturales, que compartimos instituciones, tradiciones, sistemas legales, la democracia, etcétera, etcétera. Pero, siendo así, se abusa insistiendo en este tema para no resaltar lo importante. Y lo importante es que, más allá de estas consideraciones, América Latina supone grandes oportunidades económicas y de todo tipo para la Unión Europea, que ya tiene fuertes intereses en la región y cuyas inversiones allí suman porcentajes mayores, por ejemplo, a los de China e India juntos.

El informe achaca la ausencia de conflictos (quitando los internos) y amenazas para la seguridad global, lo que a hecho que Latinoamérica se haya situado fuera del foco internacional.

Eso en parte es verdad, unido a esa despreocupación de la que hablábamos antes. Al no ser una zona de conflictos internacionales, al no haber un terrorismo importante (no es que no exista, pero no son un riesgo manifiesto para la seguridad), el foco en esas materias se puso en otras zonas más conflictivas. Tampoco América Latina es una zona de guerras: aunque no es que no haya violencia, desde una perspectiva militar, es un continente de paz. Eso evidentemente hace que aquellos que tienen que decidir sobre determinadas cuestiones, en tanto que aquí no hay conflictos, ponen la vista donde sí los hay y eso les absorbe mucha parte de su tiempo.

Pero es precisamente esta casi ausencia de conflictos internacionales importantes la que convierte a la región en una de las "más estables,  seguras  y  dinámicas  del  planeta  para  las  inversiones internacionales". ¿Deberían los europeos mirar más a Latinoamérica?

Deberían, lo que pasa es que para que esto también se plasme, América Latina también debería hacer un esfuerzo para reducir la criminalidad en sus calles, para aumentar la seguridad jurídica, para reforzar las instituciones y para limitar los efectos de la corrupción. Si logra esto, el atractivo de América Latina, evidentemente, se multiplicaría.

En el ranking anual de Think Tanks de la Universidad de Pensilvania, el Real Instituto Elcano aparece en el puesto 23 del mundo en cuanto Política Internacional, situándose como el primero del mundo hispanoamericano... ¿A qué se puede deber este ascenso?

Esto no es producto de un año, no es que el año pasado se hayan hecho cosas más destacables respecto a los anteriores... Esto se debe a un trabajo sistemático, serio y profundo desde su creación. Es un Instituto joven, se creó a principios de 2002 y esto hace que el conocimiento y el reconocimiento internacional sea menor que el de otros institutos europeos homólogos, como el SWP alemán o el Chatham House británico por poner solamente dos ejemplos que tienen una historia y un recorrido mucho mayor. Desde esa perspectiva lo que ha terminado por imponerse es un trabajo permanente, constante, con una presencia repetida en el debate público en España, pero también en el extranjero y con una labor de los investigadores del Instituto bastante comprometida con lo que ocurre ahí fuera.

Fernando García Casas (Staatsecretar für Kooperation), Emilio Lamo de Espinosa (President des Institutes Elcano), Rebeca Gryns (Generalsecretärin von der Generalsecretariat von Iberoamerika), José Antonio García Belunde (Botschafter Perús in Madrid)) und Carlos Malamud (Forscherchef der Institutes Elcano für Lateinamerika)
Presentación del Informe sobre América Latina del Real Instituto Elcano en las oficinas de la Secretaría General Iberoamericana en Madrid (05.03.2018). De izquierda a derecha: Fernando García Casas (Secretario de Estado de Cooperación), Emilio Lamo de Espinosa (presidente del Instituto Elcano), Rebeca Gryns (secretaria general de la Secretaría General Iberoamericana, José Antonio García Belunde (embajador de Perú en Madrid) y Carlos Malamud.Imagen: Real Instituto Elcano

En su área de estudio, que es América Latina, ¿cuáles son las dificultades de abarcar un área tan extensa y cuáles son las ventajas e inconvenientes de hacerlo desde España?

Los citados SWP o Chatham House cuentan, por ejemplo, con una plantilla de investigadores y con un presupuesto mucho mayores. Repito, somos un Instituto joven, nuestra plantilla de investigadores para todos los temas y regiones ronda los treinta investigadores, por lo que estamos limitados. Esto hace que ocuparnos de América Latina suponga un desafío cotidiano y permanente y es evidente que muchas cuestiones quedan fuera de nuestro foco. ¿Ventajas y desventajas de hacerlo desde España? Pues en primer lugar el interés y la atención que España presta a la región, que es mucho mayor que la que le presta Europa en general. En segundo lugar, y como consecuencia de lo anterior, hay un constante movimiento de empresarios, políticos y académicos latinoamericanos en España y viceversa, lo cual también facilita las cosas. Como la Red Iberoamericana de Estudios Internacionales que promovimos en su día desde el Instituto y que es otro de los elementos que facilitan nuestra labor.

Treinta investigadores principales, pero si uno ve la lista de personalidades que han colaborado, por ejemplo, a elaborar el informe sobre América Latina, ha participado mucha más gente.

Evidenetemente, ese es uno de los grandes activos del Instituto: la capacidad de movilización y la capacidad de atracción que tiene con sus distintas convocatorias. En ese sentido, por ejemplo, una de las herramientas más potentes de las que disponemos es la creación de grupos de trabajo en los que, precisamente, participan no solamente los investigadores del centro, sino también representantes de las empresas que forman parte de nuestro patronato, representantes de la Administración, de los partidos políticos, del mundo académico... Esto supone la llegada constante de imputs de gran valor y de gran interés.

Entrevista Carlos Malamud - MP3-Stereo

El hecho de ser de origen argentino, ¿facilita que no sea entendida la labor del Instituto como la de "alguien de fuera" que viene a hablar de América Latina?

En realidad, mucha gente no sabe que soy de origen argentino y  en varias ocasiones he tenido que escuchar el comentario de "bueno, una vez más la visión eurocéntrica imperialista". Pero con independencia de estas malas interpretaciones, sí es verdad que mi condición de argentino (aunque por otro lado llevo viviendo en España más de cuarenta años) me facilita personalmente la labor de intentar entender qué es lo que ocurre en América Latina, incorporando la mirada del otro.

El desaparecido Miguel Ángel Bastenier decía siempre que el peso de España en el mundo dependerá del peso que tenga su relación con América Latina. ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

Sí, en líneas generales, nosotros sostenemos algo parecido. Y, de hecho, en la presentación del informe el lunes pasado, nuestro presidente, Emilio Lamo de Espinosa, lo recordó en el sentido de que "España cuenta más en Europa cuanto más latinoamericana sea, y cuenta más en América Latina cuanto más europea sea". Es decir: ese componente de latinoamericana por un lado y de europea por otro, refuerza la posición de España en el mundo.

¿Debe ser España un puente entre América Latina y Europa?

Más que un puente, lo que debería hacer España es facilitar la relación y hacer todo lo posible para que la relación entre América Latina y Europa sea lo más fluida y lo más intensa posible.

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Luis García Casas (VT)