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Essen, capital cultural europea en 2010

Mirra Banchón11 de abril de 2006

Essen y la región del Ruhr serán la capital cultural europea en 2010. Los fondos destinados para ello servirán para acabar su reconversión: de centro minero, a fantasma, a región de gran potencial industrial y cultural.

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Logotipo de la campaña a favor de Essen 2010Imagen: picture-alliance/dpa

Essen y la región del Ruhr fueron denominadas capital cultural de Europa para el 2010. Por primera vez, desde que en 1985 se empezara a otorgar anualmente este llamativo apelativo a una o dos ciudades europeas, se trata de toda una región, encabezada por una ciudad.

Der Förderturm der Zeche Zollverein in Essen
Mina Zollverein en Essen, patrimonio cultural de la humanidadImagen: AP

Essen, la "capital del carbón", la urbe principal de una región que simboliza la historia industrial europea ganó para sí el título esgrimiendo el lema: "cambio a través de la cultura - cultura a través del cambio". Debido a que el destino de ser una región marcada por la industria del carbón y el acero lo comparten con ella once ciudades y cuatro distritos, la denominación para el 2010 no va sólo al corazón de la denominada olla del Ruhr, sino a la olla entera.

¿Y el titulito?

Atenas fue la primera capital europea de la cultura, en 1985. Después de grandes urbes europeas como Ámsterdam, Berlín, Madrid, Lisboa, Luxemburgo, Florencia, Estocolmo o París han ostentado el título –cuyo otorgamiento pasó a manos de las instituciones europeas en 1999- otras más pequeñas pero no menos importantes, majestuosas o decisivas históricamente como Weimar, Brujas, Graz, Porto o Salamanca.

Más allá de un relativo prestigio, la denominación representa para la urbe en cuestión un año de protagonismo que se puede traducir en un aumento de visitantes. En concreto, para Essen y la olla del Ruhr se traduce en 78 millones para remozar, adecuar, embellecer, y acometer nuevos proyectos. Cabe resaltar que los 500.000 euros de fondos europeos son poco en comparación a los millones que destinarán las industrias emplazadas en la región.

Eröffnungsfeier zum Kulturhauptstadt-Jahr 2006 in Patras
Patras, Grecia, capital cultural europea en 2006Imagen: dpa - Bildfunk

La parte por el todo

El historial de la ciudad de Essen sirve de ejemplo para la región: del sueño en que estaba sumida la pequeña población, que había sido fundada en el 852, se despertó en el siglo XIX cuando con la industrialización empezaron a florecer minas y acerías por toda la región. La necesidad de mano de obra se tradujo en una explosión demográfica: de 5000 en 1820, el número de habitantes de Essen creció a 500.000. Los desplazamientos de la población, consecuencia de Segunda Guerra Mundial, y los obreros "invitados" que llegaron de Italia España, Yugoslavia y Turquía hicieron de la olla una región multicultural, de muy poco boato. En 1970, la población de Essen rozaba los 700.000. Luego vino la crisis de la industria minera, y de 141 minas quedan 7. El alto índice de desempleo y los restos mortales de la que fuera la industria minera convirtieron a la región en un fantasma amenazador.

Bergwerk NRW Förderturm der Zeche Lohberg
Mina LohbergImagen: dpa - Bildfunk

Lento renacer

Sin embargo, un nuevo enfoque hacia la industria de servicios y el aprovechamiento de la alta densidad poblacional para emplazar nuevos institutos técnicos y escuelas superiores han aportado a su lento renacer. También, siguiendo una chispa que saltó en 1902 con la creación del Museo y Escuela de Arte Folkwang, el primero de su tipo en la región, Essen ha convertido el pecado en virtud y, haciendo alarde de flexibilidad, ha ido descubriendo belleza en sus esqueletos industriales y convirtiéndolos en centros culturales. por ejemplo, o en patrimonio cultural de la humanidad como la mina Zollverein, que alberga el Centro para Diseño y el Centro Coreográfico.

Essen: Folkwang-Hochschule für Musik, Theater, Tanz
Escuela Superior Folkwang para Música, Teatro y Danza, EssenImagen: Stadt Essen

Alta cultura y multiculti

El que en este momento existan cinco casas de teatro, seis orquestas sinfónicas, más de doscientas colecciones y museos emplazados entre Duisburgo y Dortmund ha convertido a esta región en un bastión de la alta cultura, al que aún no se le quitan del todo las manchas de carbón. El que Essen y su entorno vayan a ser capital cultural europea en 2010 les da tiempo para invertir en sanar heridas -como las concentraciones de migrantes y desempleados en las antiguas zonas habitacionales de los mineros. Con todo, Essen y su olla representan sin duda un ejemplo de hasta qué grado una región puede lograr reconstruirse y reinventarse. Para ello, los fondos y los visitantes de la capital europea en 2010 le vendrán de perlas.