Escalofriantes bellezas
¿Por qué hay tantos ataques de tiburones últimamente si, por lo general, estos animales no se interesan demasiado por las personas? Nosotros, sin embargo, los perseguimos y muchas especies están amenazadas.
Un tragón de temer
El tiburón tigre es uno de los más grandes y peligrosos. Tiene a su haber la mayoría de los ataques a nadadores y surfistas. Se come todo lo que se le ponga delante: tortugas, aves, peces… y hasta otros tiburones o, incluso, objetos tan poco digestivos como los neumáticos de los autos.
Curiosidad fatal
Los tiburones tigre son muy curiosos. Por eso, excepcionalmente, alguno comprueba qué tal le sabe un ser humano como botín. En general, lo vuelve a escupir relativamente rápido, pues la carne humana no le sabe bien. Pero eso basta para que sus dientes provoquen heridas graves al desafortunado bañista, que puede desangrarse si no recibe ayuda urgente.
Bajo riesgo
Normalmente, los tiburones se interesan poco por las personas. Los accidentes trágicos son más bien escasos. En todo el mundo ocurren unos 63 ataques de tiburones cada año, y unas cinco personas mueren como consecuencia de ellos, aseguran investigadores. El riesgo de un ataque es de 1 en 240 millones, afirma Gerhard Wegner, presidente de la organización protectora de tiburones "Sharkproject".
Cazadores de tiburones
En realidad, son los tiburones los que deberían temer a las personas, que los perseguimos hasta la muerte. Según datos del grupo "Sharklife Conservation Group", más de 100 millones de tiburones de todas las especies mueren cada año en manos de seres humanos. Unas 70 especies se hallan actualmente en peligro de extinción, y se considera que la mayoría no será capaz de sobrevivir.
Muerte lenta
Sobre todo sus aletas son su perdición. La sopa de aletas de tiburón es considerada un manjar en China y otros países asiáticos. Para proveer el ingrediente fundamental de tal plato, los pescadores amputan las aletas a los tiburones vivos y vuelven a lanzar al mar el resto del cuerpo. El animal herido se desangra lentamente hasta morir.
Perdición
También el tiburón blanco está en peligro por la fiebre de los pescadores de aletas. A ellos se suman los coleccionistas de trofeos, que se enorgullecen cuado atrapan a este depredador de hasta 8 metros de largo. Los científicos han levantado la alarma, pues la especie se halla más amenazada de lo que se creía. Además del hombre, el tiburón blanco tiene solo un enemigo natural: la orca.
Objeto del deseo
Por unos impresionantes dientes como estos, para colgárselos como collar o dejarlos llenarse de polvo en la sala de estar, hay turistas y coleccionistas de trofeos dispuestos a pagar grandes sumas. Los dientes de un tiburón blanco pueden medir hasta 7,5 centímetros de largo. También la cabeza del tiburón es un popular objeto decorativo.
Biodiversidad
Los tiburones existen desde hace cientos de millones de años. En el transcurso de la evolución han desarrollado las más diversas formas y tamaños, algunos simpáticos, como este tiburón martillo. No está muy claro para qué sirve esa extraña forma, pero los científicos asumen que puede percibir así un mayor espacio a su alrededor, pues sus ojos se ubican justo en la punta del “martillo”.
El más grande
Hay especies muy pequeñas, como el tiburón enano, que apenas llega a los 20 centímetros. Y las hay enormes, como este tiburón ballena, que mide 13 metros de largo y pesa 12 toneladas. Pero, como suele suceder con muchos gigantes, el tiburón ballena es totalmente inofensivo. Se alimenta de plancton y microorganismos… y hasta se dejaría acariciar.
Angelote inofensivo
También este es un tiburón, aunque más bien parezca una raya. Los tiburones ángel o angelotes rondan por el fondo marino en busca de sus presas, que no son buzos, sino caracoles y pequeños peces y cangrejos.