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En vilo la carrera espacial

Margarita Arteaga13 de julio de 2005

La NASA pospuso una vez más el lanzamiento del transbordador Discovery, destinado a una misión trascendental para el futuro de la carrera espacial mundial.

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El Discovery sigue de momento en tierra.Imagen: AP

"No estamos en condiciones de volar hoy", declaró George Diller, tras reconocer que debido a problemas técnicos en un censor fue aplazado el despegue. Esta es la segunda vez que se pospone el lanzamiento del Discovery, que también ha mantenido en vilo a la comunidad científica y a la industria espacial europea, que ha ligado el éxito de la misión con la continuación de los viajes tripulados y el futuro de la estación espacial internacional. La NASA había retrasado en marzo el lanzamiento para darle los últimos toques a un nuevo depósito de combustible para cohetes que impulsan los transbordadores.

Problemas no superados

La misión ahora aplazada pretende demostrar que la NASA había podido superar los problemas que llevaron a los trágicos accidentes en los últimos 20 años. Por eso, la comunidad internacional siguió la víspera con zozobra la preparación del relanzamiento del Discovery, después de que una cobertura plástica de una ventana se desprendió de 20 metros de altura y dañó el sistema de navegación y placas de aislamiento térmico que protegen a la nave de las altas temperaturas al reingresar a la atmósfera terrestre .

Las misiones tripuladas se han mantenido suspendidas desde que en febrero del 2003 se desintegró el transbordador Columbia al regresar a la tierra. Los siete astronautas a bordo murieron. La nave había sufrido daños similares a los ocurridos el martes.

Misión clave

Por ese motivo, el relanzamiento es un suceso clave para la comunidad científica de todo el mundo, dijo Signar Wittig, jefe del centro alemán para vuelos aéreos y espaciales. Doce toneladas de cargamento para la estación orbital ISS es poco para las expectativas que la Agencia Espacial Europea (ESA) ha puesto en el vuelo a cargo de la astronauta Eileen Collins. "Los vuelos son irrenunciables para el completo funcionamiento de la ISS y el futuro de los viajes tripulados", declaró Daniel Sacotte, jefe del programa de vuelos tripulados de la ESA.

La tripulación del Discovery tendrá el cometido de abastecer a la ISS, que orbita la Tierra a 400 kilómetros de altura, de material para su completa construcción y de agua repuestos. Además la nave transporta una gran tarima construida con tecnología alemana en Bremen, por encargo del gobierno de Estados Unidos, en cooperación con la firma norteamericana Spacehab. Ésta servirá para depositar importantes herramientas y repuestos que deben tener a la mano los ocupantes de la ISS cada vez que lo requieran.

Uwe Pape, miembro de la ESA, declaró que "esperamos tener un pie adelante para nuevos y lucrativos encargos". De tener éxito la misión, la firma alemana deberá construir aparatos para la próxima generación de cohetes o transbordadores.

El futuro de Hubble

También esta en juego el futuro del telescopio espacial Hubble, que lleva 15 años mirando el universo. Tras el retorno del Discovery se prepará otro vuelo que deberá instalar nuevas baterías y estabilizadores. El "Discovery" colocó al Hubble en órbita a 600 kilómetros de la Tierra el 25 de abril de 1990, y por primera vez los humanos pudieron ver el universo desde un gran telescopio más allá de la atmósfera que turba la luz de las estrellas.

Tras el lanzamiento del Discovery está planeada la salida del Atlantis en septiembre próximo para una misión de largo plazo y en la que formará parte de la tripulación el astronauta alemán Thomas Reiter.

Voces disidentes

Al margen de la expectativa general también hay opiniones críticas. El historiador de la NASA Alex Roland plantea que los transbordadores son cinco veces más caros que lo previsto y extremadamente frágiles. Otra voz disidente es la del astronauta francés Patrick Baudey, quien defiende la construcción de una estación permanente en la Luna, de donde se pueden obtener elementos como el Helio 3.

De todos modos, para el 2010 está previsto el final de la carrera espacial de los transbordadores, que pasarán al museo espacial después de 30 años de una carrera espacial con vehículos relanzables. De aquí a entonces están previstos cuatro vuelos anuales