En los cupés, los diseñadores recortan el techo del modelo normal, lo enbellecen... y el cliente paga más. Al volante pone bajo la lupa al BMW Serie 4 Cupé y constata que, a no ser por la forma, no se diferencia mucho del Serie 3 normal. Cuesta, sin embargo, unos 3.000 euros más. ¿Vale la pena?