El monasterio de Corvey, patrimonio de la humanidad
El monasterio de Corvey fue declarado patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO. DW los invita a un recorrido a través del antiguo monasterio y el castillo adyacente.
La fundación
En el año 822, monjes benedictinos franceses construyeron el monasterio de Corvey a orillas del río Weser. 14 años más tarde, las reliquias de San Vitus fueron trasladadas de París a Corvey. El monasterio benedictino se convirtió en lugar de peregrinación y llegó a ser uno de los conventos más importantes de la Edad Media.
El asentamiento
Una inscripción del monasterio indica que en las cercanías de la iglesia también fue fundada una ciudad. Esta fue destruida en el siglo XII. Sin embargo, el asentamiento se ha conservado casi intacto de forma subterránea.
La fachada occidental
El asentamiento y la fachada occidental de la iglesia, que data del siglo IX, le valieron a Corvey el título de patrimonio de la humanidad. La monumental fachada cuadrada rematada por dos torres está muy bien conservada.
Los frescos
Los pocos frescos que se conservan de la época carolingia nos dan una idea de lo impresionantes que debieron haber sido las pinturas de la fachada. Muestran motivos de la mitología griega como la lucha entre Ulises y el monstruo marino Escila.
La iglesia barroca
Durante la Guerra de los Treinta Años (1618-1648) la iglesia carolingia fue destruida en gran parte. Del antiguo edificio solo se conserva la fachada occidental. A partir de 1667 la iglesia fue reconstruida en estilo barroco.
El castillo
También las demás construcciones del monasterio fueron dañadas durante la Guerra de los Treinta Años. En 1794 se disolvió la congregación de los creyentes del monasterio. Cuatro décadas después, Corvey pasó a ser propiedad de la familia de Ratibor, que aún vive en el castillo.
La biblioteca
Hoy día, ya no se conservan los valiosos manuscritos que Corvey poseía en la Edad Media. La biblioteca del castillo fue fundada en el siglo XIX y abarca un total de 75.000 libros. Su bibliotecario más famoso es el poeta alemán August Hoffmann von Fallersleben, cuyo estudio se puede visitar en el castillo.
Patrimonio de la humanidad
Cada año, alrededor de 100.000 personas visitan el castillo de Corvey. Seguramente el título de patrimonio de la humanidad atraerá aún a más turistas.