El costo de que no haya guerra
12 de febrero de 2003
El periódico vienés Der Standard hace hincapié en el costo que tiene un distanciamiento entre Europa y Estados Unidos: "Si la superpotencia estadounidense decide despedirse del sistema de defensa europeo, se generarán grandes luchas entre los miembros restantes, especialmente entre Francia y Gran Bretaña. Es de dudarse que dado el caso, Berlín siga apoyando a Francia como lo hace hasta el momento. Esta situación liberaría mucha energía negativa, pues desde el otro lado del Atlántico, el hermano mayor es quien controla la seguridad militar y por eso los europeos se han ahorrado muchas preocupaciones prácticas y financieras."
Una guerra rentable
El diario francés Le Figaro se pregunta: "¿A cuántos miles de millones de dólares ascenderá la cuenta de la guerra en contra de Irak? En estos tiempos de poco crecimiento, no se puede dejar de hacer esta pregunta. Desde el punto de vista de las bolsas internacionales, más vale una guerra corta que una paz falsa. Geroge W. Bush cuenta con los medios para su guerra unilateral. De hecho podría financiar solito su guerra. Este es el primer atributo de una superpotencia. Desde el punto de vista del presidente estadounidense la guerra es una inversión económica, moral y política y no duda de su rentabilidad."
La primera víctima
La guerra no ha comenzado y ya ha cobrado su primera víctima: la OTAN. Desde el punto de vista militar no hay nada que justifique el bloqueo de los franceses, alemanes y belgas. Tampoco desde el punto de vista político es justificable su postura. Utilizan a la OTAN, una organización que sólo tiene que ver de forma indirecta con la crisis de Irak, para distanciarse de Estados Unidos. ... Al final darán luz verde para apoyar a Turquía. Después intentarán minimizar la disputa y calificarla de caso aislado, cosa que no es, pues es producto de un problema estructural."
Francia se aísla
El periódico británico The Times escribe sobre el papel de Francia y su presidente en la crisis iraquí: "Chirac entra a la última ronda de la confrontación diplomática sin contar con una estrategia clara. Empezará a elaborarla cuando Gran Bretaña y Estados Unidos demanden una segunda resolución por parte de la ONU. Deberían de hacerlo aún cuando el resultado sea un veto por parte de Francia, un veto que resultaría desastroso para el Consejo de Seguridad y mortal para la influencia de Francia a nivel internacional. Resulta difícil creer que Francia pueda reinventar la amistad con Washington después de un voto negativo."