El aplauso final para el payaso Popov
Oleg Popv murió mientras realizaba una gira por su patria. Tras una presentación en el sur de Rusia, este payaso que fascinó a su público por más de 60 años se quedó dormido en un sillón y ya no volvió a despertar.
El circo pierde a su poeta
La boina a cuadros fue su sello distintivo hasta el final. Oleg Popov era considerado el mejor payaso del mundo. Se lo llegó a llamar el "Chaplin ruso" o simplemente el "poeta del circo".Murió en su país natal, Rusia, a la edad de 86 años y será enterrado en su patria de adopción, Alemania.
Talentos múltiples
Oleg Konstantinovitch Popov, nacido el 31 de julio de 1930, entró con 14 años a la escuela circense de Moscú, donde aprendió malabarismo, equilibrismo y acrobacia. Posteriormente utilizó su talento para impresionar al público con artísticos números bufonescos en el trapecio y la cuerda floja. Le gustaba hacer malabarismo aunque no llevara disfraz. (Foto de 1980, en el mercado de Múnich)
Lazos con Alemania
En 1955, Popov fue contratado por el Circo Estatal de Moscú. En 1959 se presentó con él, por primera vez, en la República Federal de Alemania. Le siguieron muchas presentaciones más en este país. Desde 1991, el mejor payaso del mundo vivía en la localidad de Egloffstein, en Franconia, Alemania.
La familia
En sus actuaciones, Popov también parodiaba a miembros del Partido Comunista. Tras el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991 dejó su patria. Se casó con una alemana 30 años menor. La foto lo muestra en 2009 con su mujer, Gabriela, y el scotch terrier Tschuda, antes de una función del circo estatal ruso en Düsseldorf.
El perro imprescindible
Para Popov, la compañía de un perro era fundamental. En 1971 se presentó con el Circo de Moscú en la arena de Wembley. Dedido a las estrictas disposiciones británicas de cuarentena, no había podido llevar a su terrier a Londres y necesitaba un perro inteligente para su primer acto. Entre 40 perros, escogió a Gemma (en la foto) para compartir el escenario.
El "payaso del sol"
"Un payaso debe ser ante todo buena persona, simpático y optimista", dijo una vez Oleg Popov. Y justamente esas cualidades eran las que reflejaba en los delicados números, graciosos y profundos, con los que fascinó a generaciones. En uno de los más conocidos, trataba de atrapar los rayos de sol en una cesta. Este fue uno de los números que le valió el apodo de "poeta del circo" o "payaso del sol".
Inconfundible
Al comienzo, Popov apenas se maquillaba. Una raya de delineador negro bajo los ojos, la peluca amarilla bajo su gorra y una nariz roja le bastaban. Más adelante usó también la clásica nariz de cartón y se pintó la cara de un color pálido.
Mimo circense
Oleg Popov no era el típico payaso que hace tonterías. Con su talento para la pantomina y la acrobacia, creó un nuevo tipo de payaso. No necesitaba muchas palabras. La mímica y los gestos del "poeta del circo" eran entendidos en todo el mundo.
Adiós a Oleg Popov
Para muchos, Popov fue el último gran payaso. Con él llega a su fin una era. Tras haber fascinado al público por más de 60 años, murió durante una gira por Rusia. (Autora: G.Reucher)