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EE.UU. y Corea del Norte juegan con fuego

Christoph Ricking
9 de agosto de 2017

Las amenazas de Estados Unidos contra Corea del Norte son muy peligrosas y demuestran que Washington no tiene ninguna estrategia, lo que sería importante para enfrentar esta compleja situación.

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Nordkorea Missile Tests
Imagen: Getty Images/AFP/E. Jones

Las tensiones entre Pyongyang y Washington alcanzan un nuevo nivel en esta interminable escalada. El presidente estadounidense, Donald Trump, amenazó que Corea del Norte "se encontrará con un fuego y una furia nunca vistos en el mundo". Sólo unas horas más tarde, Pyongyang respondió con la amenaza de un ataque preventivo a Guam, la isla estadounidense del Pacífico. Desde ese momento, la base aérea estadounidense Anderson comenzó a realizar maniobras militares con el bombardero B-1 alrededor de la península coreana. Mientras, la guerra de palabras está en pleno desarrollo, con el peligro creciente de que la situación se salga de control.

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Es poco probable que el presidente de Estados Unidos sea capaz de seguir con hechos sus palabras, dijo el senador republicano John McCain. "Los grandes líderes, que yo sepa, no amenazan si no están listos para actuar. Y no estoy seguro de que el presidente Trump esté listo para actuar”, dijo. Para la exviceministro de Defensa, Evelyn Farkas, con su retórica de guerra Trump suena "como un gobernante norcoreano”. Y el senador demócrata Chuck Schumer dijo: "en comparación con Corea del Norte, debemos ser duros y avanzar con cuidado. La retorica irreflexiva no es una buena estrategia para garantizar la seguridad de los estadounidenses”.

Donald Trump
Los alborotos de Trump sólo reflejan su poca comprensión.Imagen: Picture-Alliance/AP Photo/E. Vucci

Falta de estrategia

La política de Estados Unidos con Corea del Norte es contradictoria desde que Trump inició sus funciones. Hace tan solo una semana, el ministro de Exteriores, Rex Tillerson, aseguró que Estados Unidos no es una amenaza para Corea del Norte. Y que un cambio de Gobierno no es el objetivo de Washington. Incluso ahora, Tillerson, intenta calmar los ánimos. "Los estadounidenses deberían dormir tranquilos por las noches”, dijo el miércoles (09.08.2017). Él no cree que exista una amenaza inmediata.

Pero el presidente dice lo contrario. "El problema es que deducimos que no tiene ninguna estrategia de acción, por el momento”, dijo Eric J. Ballbach, experto en Corea del Norte de la Universidad de Berlín. "Y justamente eso sería en realidad lo que hay que preguntarse. Estados Unidos habla de una estrategia de presión y compromiso. Por el momento, ese compromiso no está a la vista”. Adam Mount, del Centro para el Progreso Estadounidense, criticó en el diario británico "The Guardian” a Trump al señalar que "el Gobierno se contradice en cada ámbito de su política norcoreana. Continúa buscando una respuesta simple donde no la hay”.

La amenaza alinea a los aliados. Hasta el momento, la comunidad internacional sorprendentemente ha cerrado filas respecto a las provocaciones norcoreanas. Hace solo unos días, el Consejo de Seguridad de la ONU endureció las sanciones contra Pyongyang. Países como China y Rusia también apoyaron esta decisión. "Trump está jugando con la unanimidad de la comunidad internacional, que reaccionó cohesionada a la amenaza de Corea del Norte”, dice Ballach, el experto en ese país asiático. 

 Infografik Reichweiten nordkoreanischer Raketen DEU
El alcance de los misiles norcoreanos.

Escalada intencionada

Con sus errores, Trump juega con Corea del Norte. Sin embargo, la escalada deliberada del conflicto es parte de la estrategia del régimen de Pyongyang. "Incluso un país totalitario como Corea del Norte debe, dada la desastrosa situación social y económica y a los costos de un programa nuclear, legitimarse ante su pueblo”, señala Ballbach. Para eso utilizan conscientemente esas amenazas, provocaciones que también se usan para legitimar su programa nuclear.

En política exterior, el programa nuclear del régimen de Kim Jong-un es una especie de seguro de vida. Durante mucho tiempo, la Unión Soviética y China protegieron a la pequeña Corea del Norte. Pero ahora, después de ser fieles aliados durante largo tiempo, China está molesta con su pequeño vecino. Hoy es absolutamente improbable que Pekín lidere junto a Corea del Norte una guerra contra Estados Unidos. Para Pyongyang esto quiere decir que al estar rodeada de estados superiores tanto en lo militar como en lo económico, debe garantizar su propia seguridad. La disuasión nuclear está en la mitad de la elección. Lanzamientos atómicos y misiles no son una mera provocación, sino la prueba de que las armas también pueden ser utilizadas en caso de emergencia. El mensaje que se deduce es el siguiente: incluso si nos destruyen, les haremos un daño considerable.

Pacto de no agresión

¿Cómo puede resolverse el tema de Corea del Norte diplomáticamente? Dos puntos de vista se enfrentan entre sí: para Corea del Norte el programa nuclear es una piedra angular de su política, tanto interna como externamente. Al mismo tiempo, Estados Unidos no tolera un programa de este tipo. "Una salida a esto debe salvar las apariencias para ambos bandos", dice Eric J. Ballbach. Y eso debe ser gradual. "Hay sólo una situación en la que Corea del Norte estaría dispuesta a abandonar su programa nuclear. Con eso debería lograr éxito al más alto nivel internacional y quitar del camino las armas nucleares: esto sería que Estados Unidos le garantice seguridad, y por consiguiente un pacto de no agresión”. Pero en ese paso a paso para llegar a la solución se requiere de confianza. Y dada la retorica de ambos lados, es difícil que esto ocurra.