Diez consejos para adelgazar
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2.300 millones de personas en todo el mundo sufren de sobrepeso, consecuencia de la mala alimentación y la falta de movimiento. Diez consejos para adelgazar.
Evitar las dietas exprés
Las dietas rápidas prometen perder mucho peso en poco tiempo. Pero lo que se elimina es sobre todo agua y masa muscular, en lugar de grasa. Esta es almacenada doblemente, al final de la dieta, para combatir tiempos de escasez. Las dietas exprés tienen además efectos secundarios, como dolores de cabeza, náuseas o halitosis. Lo único efectivo a largo plazo es un cambio de hábitos alimentarios.
Ingerir frutas y verduras
Quien quiera adelgazar y mantener el peso, debería incluir sobre todo frutas y verduras en su dieta. La mayoría de vegetales y frutas contienen muchas vitaminas y minerales, tienen un alto contenido en agua y pocas calorías. Además hay que beber mucha agua porque estimula el metabolismo. Algo que también se puede aplicar a las comidas picantes.
Reducir todo lo que engorda
La mayor culpable del aumento de peso no es la grasa, sino sobre todo hidratos de carbono, como las harinas refinadas, los alimentos precocinados y todos aquellos productos ricos en azúcar o fructosa. Sin olvidar las bebidas edulcoradas y la comida rápida. Y no olviden el alcohol: tiene el doble de calorías que las proteínas o el azúcar.
Cambiar los hábitos alimentarios
Una simple medida que puede contribuir al éxito de la dieta: tome regularmente tres comidas diarias, haciendo del desayuno la comida más abundante. Además cuanto más lentamente coma, más rápidamente tendrá sensación de saciedad. Deje de comer cuando le parezca haber alcanzado un nivel de saciedad del 80%. Y utilice platos pequeños: así tendrá la impresión de no comer demasiado poco.
Hacer ejercicio
No hay adelgazamiento posible sin ejercicio. El movimiento eleva el consumo de energía y quema grasa. Los principiantes pueden comenzar practicando la marcha a paso ligero o la gimnasia en el agua, dos ejercicios de poco impacto para la columna y las articulaciones. Luego se puede pasar a deportes de resistencia, como correr, montar en bicicleta o nadar. Al menos 30 minutos, tres veces por semana.
Dormir lo suficiente
Dormir poco produce apetito. La falta de sueño provoca un trastorno hormonal que a su vez aumenta el ansia de comer y ralentiza el metabolismo. La leptina, que desencadena la sensación de saciedad, desciende, mientras que se eleva el nivel de hormonas del apetito como la orexina y la grelina. Quien quiera perder peso debe, por tanto, dormir lo suficiente.
Bañarse con agua fría
Los baños fríos ayudan a quemar grasas, y por consiguiente a adelgazar. El agua fría ataca sobre todo al tejido adiposo marrón de los muslos, caderas y nalgas, pues estimula inmediatamente el metabolismo. La temperatura del agua debe descender de los 20 grados iniciales a los 15 grados. Pero no bajar de este nivel. Un baño de 15minutos por la mañana mantiene el metabilismo hiperactivo todo el día.
Desarrollar los músculos
La masa muscular representa el 40% del peso corporal y consume, aún en estado de reposo, tres veces más calorías que el tejido adiposo. Los músculos queman calorías durante todo el día y son por eso, uno de los principales factores para eliminar grasas. Los músculos bien desarrollados queman más grasa que los faltos de entrenamiento. Por eso a más masa muscular, mayor combustión de grasas.
Reducir el estrés
El estrés es uno de los principales factores psíquicos para engordar. Por eso la reducción del estrés es un buen consejo para adelgazar. Las hormonas del estrés afectan a la regulación del apetito y pueden provocar verdaderos ataques de glotonería, aunque el cuerpo no tenga ninguna necesidad de sustancias nutritivas. Por eso, una vida sin estrés es un buen remedio contra la obesidad.
No comprar con hambre
Quien va a comprar con hambre puede estar seguro de que meterá en la bolsa de la compra muchos productos incompatibles con el menú de una dieta. Por eso, es mejor ir a comprar después de haber comido. Con el estómago lleno siempre es más fácil resistir a las numerosas tentaciones gastronómicas.